La carta abierta al racismo en Estados Unidos, gracias al malentendido de sus habitantes, ha ocasionado un gran número de ataques hacia la integridad física y moral de habitantes extranjeros en dicho país.
La mayoría de estos ataques son fundamentados por el odio y la idea malinterpretada de la religión y la política, un tema que se dejó muy en claro tras el triunfo de Donal Trump por la presidencia del país vecino. Esta historia nos deja ver lo desafortunados que son los episodios que algunas personas deben enfrentar día a día, la mayoría de fanáticos políticos y religiosos.
Este hombre, si es que se le puede llamar así, hizo el ridículo con un ataque verbal sin fundamentos hacia una familia musulmana estadounidense.
Alexander Downing, de 35 años, originario de Connecticut, comenzó a gritar un sinfín de insultos, acompañados de frases como ‘Donal Trump los atrapará, hijos de p*rra’, frente a niños y otras personas que se encontraban vacacionando en Isla del Padre, en Texas.
Este penoso arranque de furia fue captado en video, y ha causado un sinfín de reacciones en redes sociales, tanto positivas como negativas:
https://www.youtube.com/watch?v=njYfF7I2E_0
Golpeando su pecho cual simio, el hombre afirmaba ser seguidor del cristianismo y Donald Trump, comparando insistentemente a esta familia con el ISIS, y asumiendo que seguían la ley Sharia.
Catorce miembros de la familia, ciudadanos estadounidenses, estaban allí para una reunión, y Downing, por desgracia, se hospedaba en el mismo hotel.
Downing, luciendo un chaleco verde, el manto de la ignorancia, y algunas cuestiones que lo motivaron a demostrar su estatus de macho, hace alarde de sus preferencias políticas, sin pensar en las consecuencias.
A pesar de que advirtió: ‘ustedes nunca, nunca me detendrán’, la policía no pensó lo mismo, y el evidentemente ebrio hombre terminó tras las rejas.
Testigos reportan que cuando Downing quiso volver al hotel, la policía (previamente advertidos por las víctimas) ya se encontraba esperando, y toda esa ‘hombría’ desapareció cuando fue momento de tomarle la foto policíaca, donde no pudo contener el llanto.
¿Con qué nadie lo podía detener, verdad? Aquí está un recordatorio de cómo era antes de que la policía interviniera…
Un miembro de la familia declaró que este incidente sirve como ejemplo para educar a las personas, y se quejó tajantemente del hotel donde se hospedaban, pues no hizo nada para ayudarlos:
“Quiero que la gente comprenda que este hombre debe pagar por su comportamiento indecente en frente de niños y menores de edad. Quiero que la gente también sepa que el hotel no hizo nada para protegernos. Definitivamente volveremos a esta hermosa isla, pero nunca al Hotel Pearl”.