Desde 1939 se supo que Hitler tenía solo un testículo. Recientemente también se reveló que tenía un “pene pequeño y deforme”. Y ahora la noticia es que también tenía un fetiche sexual repugnante que te dejará con la boca abierta.
De acuerdo con el Irish Mirror, al exlíder de Alemania le gustaba comer un poco de heces fecales durante el sexo. Y para hacer las cosas un poco más desagradables, esta fantasía la llevó a cabo, varias veces, con su sobrina.
En esencia, el líder nazi tenía una pasión por ser totalmente degradado, y tener a una mujer parada sobre él mientras defecaba.
El jefe de espías, Dr. Walter C. Langer, produjo un informe de inteligencia para Estados Unidos, que tenía como objetivo averiguar la forma de vida del Führer. Y llegó a la conclusión de que Adolf Hitler era coprofílico, es decir, una persona que se excita sexualmente utilizando heces fecales, sobre todo, ingiriéndolos durante el acto.
El documento que revela la sorprendente información fue producido por la Oficina de Servicios Estratégicos de Estados Unidos, antes de ser parte del libro “Análisis Psicológico de Adolf Hitler. Su Vida y Leyenda”.
“La práctica de esta perversión representa lo más profundo de la degradación”.
– Dr. Walter C. Langer.
Al parecer, la sobrina de Hitler, Geli Raubal, tuvo que cargar con este acto, antes de confiárselo a uno de los amigos de Hitler, quien más tarde huyó. Y a su vez, uno de sus amigos nazis, Ernst Rohm, una vez se refirió a la fetichismo de Hitler, con el argumento de que Hitler amaba a “las muchachas de campo”.
“Cuando están en los campos y se doblan hacia abajo para hacer su trabajo, de manera que se les pueda ver el trasero, eso es lo que le gusta, sobre todo cuando las tienen grandes y redondas”.
Como si las cosas no pudieran ser más raras, también la actriz alemana, Renate Müller, alguna vez manifestó que después de una noche con Adolf Hitler, este se puso en el suelo, acurrucado, y ella tuvo que patearlo.
Además, según los informes, se suicidó, aunque aún hoy hay dudas de que fuera así. La agencia de inteligencia concluyó en el informe que Hitler no era capaz de participar en el sexo normal.