Nadie imagina que un buen día de paseo, que se tenía planeado y proyectado, de repente se torne en una pesadilla fuera de todo pronóstico. Aquello que creíamos un día más, puede convertirse en una experiencia que marque nuestras vidas para siempre.
Esto le pasó al británico Leonard Barry Weller, de 72 años, quien vive en Tailandia. El viejo se disponía a pasar una buena tarde de paseo y tragos con su club de amigos motociclistas desde temprano, pero Weller se levantó antes que todos porque le emocionaba el hecho de la reunión y de camino a la guarida de sus amigos se bajó de su moto para hacer una caminata en la selva.
Weller se metió en la jungla para subirse a un cerro y hacer algo de ejercicio, pero cuando quiso regresar a su moto ya no dio con el camino de vuelta. Así que con ayuda de su cinturón se trepó a un árbol para ver mejor el tremendo problemón en el que se acababa de meter y, efectivamente, se encontraba bien perdido, pues solo vio un montón de árboles a su alrededor y nada de civilización.
Para sobrevivir tuvo que ingeniárselas y construirse una covacha e improvisar una cama hecha de un montón de hojas de la selva, mientras que sus amigos ni se acordaban de él y dormían calientitos en sus camas. Afortunadamente, las lluvias prolongadas le dieron agua para beber que recogía de los charcos con un popote que se fabricó enrollando una hoja.
Al ver que Weller no llegó a cenar, su esposa dio aviso a las autoridades de su desaparición. Entonces comenzaron a buscarlo bomberos y policías junto con los aldeanos de pueblos vecinos. Mientras tanto, Weller ya se estaba encomendando a san Pedro, pues se encontraba exhausto porque no tenía comida y las altas temperaturas de la selva comenzaban a volverlo más loco.
Afortunadamente, los aldeanos lo encontraron tumbado en su cama de hierbas en medio del bosque, pero estaba en estado de shock. Los lugareños dieron aviso a las autoridades e inmediatamente los paramédicos, policías y bomberos llegaron al lugar.
Su esposa no espero para abrazarlo y Weller agradeció a todos que estuvieran buscándolo. De ahí se lo llevaron en ambulancia al hospital, pues se encontraba en un estado físico deplorable: tilico, herido y atiriciado. Los doctores dicen que se pondrá mucho mejor y podrá seguir haciendo lo que más le gusta en la vida sin problemas: andar con sus amigos en moto jugándole al brgas por el país asiático, como todo buen europeo en tierras extrañas.