“Baby Face” Nelson fue uno de los mafiosos más famosos del siglo XX. Al Capone también, y como “Baby Face”, terminaron con la vida de muchas personas, pero hay una diferencia sustancial: cuando vemos sus fotografías, sabemos de inmediato que Al Capone es una persona violenta, por sus rasgos duros, propios, dicen muchos, de un psicópata…
Pero George “Baby Face” Nelson tenía un aliado: su cara, precisamente de “niño”, lo cual le ayudó en más de una ocasión a escapar de la policía, y más: a escapar de la muerte…
Una de esas veces fue en 1934, cuando la policía fue alertada de que “Baby Face” se alojaba en un hotel cercano. Los agentes arribaron al hotel y se encontraron con tres hombres, quienes parecían gángsters típicos, y sin mediar palabra les dispararon a los tres. Murieron.
Resulta que esos tres hombres eran agentes encubiertos del FBI que se habían infiltrado a la banda… curiosamente, la policía no le disparó a “Baby Face”, probablemente debido a su cara… ¿cómo podría alguien con una cara tan redonda, ojos grandes y una nariz corta, ser capaz de tanta violencia?
Y es cierto, la ciencia explica que durante miles de años la gente se ha juzgado entre sí, en función de su apariencia, y cuando vemos a alguien con una “cara de niño”, la primera cosa que viene a la mente son cualidades tales como bondad, honestidad y calidez.
Increíblemente juzgamos a una persona en función de su apariencia en tan solo ¡50 milisegundos!, explica Caroline Keating, experta en comunicación no verbal de la Universidad de Colgate, Nueva York. Sin embargo, lo increíble de todo esto es que las personas con “cara de niño” son en realidad ¡más propensos a cometer crímenes y una vez que lo han hecho por primera vez, son aún más propensos a hacerlo de nuevo!
Así que la realidad es que nos tendríamos que cuidar más de las “caras bonitas y angelicales”…
También, un estudio reciente, realizado en escenas de crímenes, encontró que en todo el mundo, las mujeres con “cara de niña” fueron descritas como “las más bellas”.
Caroline dice:
“Los ojos grandes; las pestañas largas; las cejas arqueadas; los labios gruesos; la pequeña barbilla; la cara redonda, la pequeña nariz linda; si no estuviera describiendo a un bebé, estaría hablando de una supermodelo”
Al parecer, esto viene de nuestro pasado evolutivo: el hacer un dictamen en fracciones de segundo a alguien o algo, podría ser la diferencia entre la vida y la muerte.
Cuando vemos un “cara de niño”, nuestro cerebro piensa inmediatamente “bebé”, y pensamos que dice: “ayúdame, protégeme, no soy una amenaza para ti”, dice Caroline. Sin embargo, cuando vemos a alguien con una cara más áspera, más dura, nuestro cerebro “grita” algo muy diferente.
Incluso los “cara de niños” se utilizan para vender cosméticos, o para protagonizar películas, incluyendo en dibujos animados, como Bambi, Betty Boop y Mickey Mouse. De acuerdo con una encuesta reciente, los políticos con “cara de niños” se perciben como los más cálidos, confiables, honestos y atractivos.
Naturalmente no podemos generalizar, pero seguramente ya habrás conocido a alguien con “cara de niño” que en sus actos no es tan angelical como parece… ¡Cuidado!