En Inglaterra, un chico ha demandado a sus padres, pues se negaron a continuar pagando la vida de lujo que llevaba, tras haber despilfarrado cerca de dos millones de dólares en tan sólo seis meses.
Los padres, Dave y Angela Dawes se hicieron famosos en el 2011 en el Reino Unido, tras ganar el Euromillón, un premio de 131 millones de dólares. Era un matrimonio modesto de Cambridgeshire a quienes después de ganar la lotería, la vida les dio un vuelco inesperado.
El hijo, Michael Dawes, en esos momentos tenía 27 años y servía en la infantería de marina en Afganistán, hasta que recibió la llamada de su madrastra Ángela para informarle del golpe de suerte de su familia, que, según ella era la solución a todos sus problemas.
Tras esta llamada, lo primero que hicieron los millonarios Dawes fue facilitarle a su hijo la cantidad de 1.915 millones de dólares, pues pensaban que con esto podía vivir cómodamente el resto de su vida.
No contaban con que, Michael y su novio James Beedle, gastaron la fortuna en menos de un año. El dinero se fue en una casa en Portsmouth valuada en 676 mil 056 dólares y 350 mil en celebraciones con familia y amigos.
Además, gastan un total de 38 mil dólares mensuales, y claro, cuando gastas así, es muy posible que, en algún punto te quedes en la quiebra, así que, después de unos meses, en abril de 2012, Michael les volvió a pedir dinero a sus padres y estos, le dieron cinco millones, para que saliera de sus deudas y se ayudara un poco.
Sobre esto, el juez que lleva el caso señala:
Michael pensó entonces que esto era la demostración de que su padre le financiaría cada vez que él se lo pidiera, lo que reforzó su extraña conclusión de que su papá lo apoyaría financieramente durante el resto de su vida.
Sin embargo, tras volverle a pedir dinero, Dave no lo aguantó más y decidió cortarle los fondos a su hijo, quien en esos momentos ya tenía 29 años, trabajaba como maestro y digamos que, ya estaba grandecito para seguir viviendo de sus padres.
Fue este el momento en donde Michael decidió llevar a sus padres a la corte, alegando que, ellos le habían prometido ayudarle económicamente de por vida, que era su responsabilidad seguirlo manteniendo, a él, a su novio y sus lujos innecesarios a los que se habían acostumbrado.
Sin embargo, tras años del litigio, por fin el juez dictó una sentencia y fue bastante claro:
El padre no tiene porqué continuar financiando a su hijo derrochador. No hay una base racional o de sentido común que pueda concluir que él puede venir a pedir dinero cada vez que se le acaba.
Desgraciadamente para Michael y su pareja, a partir de ahora se tendrán que espabilar y ponerse a trabajar, al menos si quieren continuar viviendo como lo hacían, pero ahora, sin los millones de su papá.
Así es la vida, si no eres una Kardashian, tienes que trabajar para comer.