La comunidad científica y astrónoma del mundo está de fiesta. Todos desean celebrar este grande acontecimiento. No todos los días se encuentra un planeta similar a la Tierra, en Próxima Centauri, la estrella más cercana al Sol.
Su ubicación, además, le podría permitir contar con agua líquida, lo cual podría haber la posibilidad de albergar vida, aunque no es un factor determinante.
La investigación realizada por un amplio grupo de científicos y astrónomos, principalmente del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), y liderada por el investigador español Guillem Anglada Escudé, de la Queen Mary University of London, fue publicado en la revista Nature y ha despertado un fuerte interés en el mundo.
Su nombre, Próxima b, cuenta con una masa 1.3 veces que la Tierra. Sin embargo, aún faltan más estudios que determinen su tamaño y si existe atmósfera.
Por las estadísticas, más probable es que sea un planeta pequeño y rocoso. “Pero para confirmarlo tenemos que ver si el planeta eclipsa a su estrella, si se produce un tránsito. Lo estamos intentando pero no es fácil. Si lo logramos, averiguaríamos el radio del planeta. Y si tenemos el radio y la masa, podemos obtener su densidad”.
También falta por averiguar la huella del planeta para determinar su composición, “si tiene metano, dióxido de carbono, agua..”. En cuanto al periodo de rotación, Próxima b tarda sólo 11.2 días en orbitar su estrella frente a los 365 días que emplea la Tierra en dar la vuelta al Sol.
Fueron cuatro años de investigaciones para lograr este descubrimiento, dijo Cristina Rodríguez López, investigadora del IAA y coautora del estudio.
“Es un trabajo muy emocionante y muy sólido.Estamos muy seguros de que ese planeta existe”.
Fue necesario aplicar las técnicas de detección: fotometría y el método de la velocidad radial, para confirmar la existencia del planeta.
“Lo maravilloso es que sabemos que ya hay 2,000 planetas y hemos encontrado el que está más cerca. Y, además, hemos tenido la suerte de que sea parecido a la Tierra y se encuentre en la zona habitable de su estrella”.
Próxima b se encuentra a cuatro años luz de distancia, una nave espacial tendría que recorrer 40 billones de kilómetros. Con la tecnología que se cuenta en la actualidad no se podría enviar una sonda para explorar el planeta.
Una nave que viaje a 60,000 kilómetros por hora, como la sonda Voyager 1, le tomaría llegar a Próxima b 75,000 años, precisa Rodríguez.
No cabe duda que los descubrimientos científicos siguen sorprendiendo a la comunidad internacional, ante esa obsesión por encontrar más vida fuera de la Tierra.
Aún falta mucho por lograr esto; sin embargo, las sorpresas están emanando cada día.