Tal vez no te interese mucho este tipo de temas, pero si lo pensamos un momento ¿cuántas cosas han pasado en 99 millones de años? Si en ocasiones no recordamos ni lo que pasó ayer, imagínate que este pequeño trozo de un bebé dinosaurio ha permanecido todo ese tiempo a la espera de ser descubierto… ¡Es algo sorprendente!
Y además, la historia es también sorprendente, pues este verdadera joya para los investigadores fue encontrada ¡en un mercado al norte de Myanmar!
En 2015, Lida Xing visitaba un mercado en Myanmar cuando un vendedor sacó un pedazo de ámbar pequeño. En el interior se veía un par de hormigas, un escarabajo, plantas y un mechón marrón difuso, que el vendedor dijo que era una planta.
Tan pronto como Xing lo vio, supo que no era una planta: era la delgada cola de plumas de un pequeño dinosaurio.
“Estudié paleontología por más de 10 años, y he tenido interés por los dinosaurios durante más de 30 años. Pero nunca pensé que pudiera encontrar un dinosaurio en ámbar. Esto es la cosa más sorprendente que me ha pasado en la vida”
Las plumas de la cola, dijo el paleontólogo de de la Universidad China de Geociencias en Beijing, son “densas y regulares. Esto es algo maravilloso”. Por supuesto, convenció a sus colegas de comprar la pieza de ámbar en el mercado.
Uno se imagina que estos descubrimientos se hacen al estilo Indiana Jones, pero al parecer, el ir de compras es una buena opción…
Luego de analizar detalladamente estos restos, tanto investigadores chinos como canadienses e ingleses, determinaron que corresponden al coelurosaurio, una especie pequeña de dinosaurios, pero que estaban emparentados con el terrible Tiranosaurio Rex y con los no menos devoradores Velociraptores.
Pero claro, también están emparentados con las aves; es como una tatarabuela para ellas, por lo que los investigadores han bautizado a la propietaria de esta cola como “Eva”.
“Un montón de pájaros bebé tienen un aspecto un poco espeluznante, para ser honesto. Pero este era probablemente bastante lindo y gracioso. No del tipo terrorífico de Jurassic Park “, dice Ryan McKellar, curador de paleontología de invertebrados en el Museo Real de Saskatchewan en Canadá.
Las plumas densas de la cola se separan a los lados, haciéndola parecer plana. Las vértebras son del tamaño de granos de arroz, lo que permitía que el animal la hiciera girar (la cola curva fue un indicio importante para Xing de que no era un pájaro, ya que las vértebras de los pájaros modernos se funden en una vara). “Es una cola pequeña, como un látigo”, dice McKellar.
Es raro encontrar plumas fósiles unidas a la columna vertebral de donde proceden, y esto es lo que permite a los paleontólogos ubicarlos en el árbol evolutivo.
“Es una pequeña visión espectacular. Nos da, básicamente, un camino que nos lleva a las plumas modernas”, señala McKellar, y la historia de cómo las plumas han evolucionado ha sido un área de debate desde hace algún tiempo.
Las plumas de los pájaros que conocemos hoy, tienen un eje central fuerte -la parte que se sumergía en la tinta para escribir-. Las ramitas pequeñas se derivan de ese eje, e incluso las ramas más pequeñas provienen de ahí, actuando como ganchos que mantienen la pluma unida en una superficie lisa, lo que es importante para el vuelo.
¿Comenzaron las plumas rígidas y puntiagudas, con el vástago fuerte primero, luego las ramas y luego las ramas más pequeñas? ¿O las plumas fueron flojas y esponjosas, con púas, y desarrollaron el fuerte eje central más tarde?
La pequeña criatura en el ámbar apunta al segundo escenario. Pero hay que destacar que antes del advenimiento del eje fuerte y estos ganchos, el vuelo no habría sido posible.
“Tiene esas ramas muy finas, lo que sugiere que los bárbules evolucionaron antes de lo que pensábamos”, dice Jakob Vinther, un paleobiólogo de la Universidad de Bristol en el Reino Unido.
“Y eso se vuelve realmente interesante en la evolución del color”, dice. Cada vez que vemos un pájaro con plumas iridiscentes, como un colibrí o un pavo real, son las bárbulas las responsables del brillante efecto que cambia de color. Así, cuando los dinosaurios y los pájaros evolucionaron, desbloquearon una paleta de colores brillantes.
Fósiles anteriores sugieren que las plumas se desarrollaron primero para el aislamiento. Entonces, en esta línea de pensamiento se puede suponer que las plumas se desarrollaron para el vuelo y más tarde para mostrar colores de fantasía para atraer a sus compañeros, o tonos suaves para usarlos como camuflaje.
Y eso significa que los dinosaurios emplumados -incluso en la historia evolucionista- podrían haber andado por ahí con un aspecto bastante extravagante en sus plumas.
De hecho, Xing ya ha regresado a Myanmar, y su sueño es “encontrar un dinosaurio entero cubierto de ámbar”.