Gwen Stefani es una de las cantantes más icónicas de la cultura pop desde los años 90, cuando encabezaba la banda No Doubt, donde dejó grandes éxitos como Don’t Speak e It’s My Life. Desde entonces, su belleza era notoria para cualquiera y su talento innegable, lo que hizo que muchos nos enamoráramos de ella, pero ahora no se asemeja en nada a esa Gwen desenfadada, bella y explosiva que nos cautivó.
En su reciente aparición en el Late Night con Seth Meyers, la cantante confundió a todos por su cambiado rostro, pues los procedimientos estéticos a los que se ha sometido y que han terminado por cambiar la estructura de su cara son palpables, haciendo que luzca como otra persona.
Lo que muchos señalan es que se aplica rellenos en labios, ojeras y pómulos, lo cual hace que su rostro luzca hinchado. En realidad, Gwen se había caracterizado por ser una mujer madura de gran belleza, pero parece que se le ha pasado un poco la mano. Bien dicen que los artistas cambian de disco a disco, pero no creíamos que de forma literal, hasta que Gwen lo hizo patente.
Gwen estuvo como invitada con Seth para hablar sobre la nueva edición de La voz, concurso de canto donde ella funge como juez. Sin embargo, la atención de los espectadores se centró en su cambiado aspecto. De todas maneras, Gwen Stefani es una gran artista y luce genial a sus 53 años.
Solo esperamos que no se vaya a los extremos y quede como una especie de Laura Bozo. Sin duda, envejecer es una situación extraña en ámbitos como la farándula, donde muchos luchan por conservar un aspecto juvenil a toda costa o donde el mismo medio deforma la imagen que tienen de ellos mismos y su sentido de la belleza.
Sin duda, Gwen había sido una mujer cuyo sello era la de ser una mujer fuera del molde de la belleza comercial del medio, es decir, fuera del promedio. Sus vestuarios y su físico eran otro tipo de belleza, pero ahora parece que entró duro a un proceso de “kardashianización” y ha perdido ese algo que la hacía distinta.