La Isla de Santorirni, en Grecia, es famosa por sus bellos paisajes y la enorme afluencia de turistas que llegan año tras año; también, porque para recorrer algunos de los sitios de interés se ofrecen viajes en “Turiburros”.
Sin embargo, el sobrepeso de los visitantes ha ido mermando la calidad de vida y los años de estos animalitos, por lo que han decidido prohibir que los gorditos usen este medio de transporte. Seguro esto no les caerá nada bien a quienes tienen kilos de más, pero sí a los burros…
La isla tiene un terreno montañoso, con temperaturas superiores a los 30 grados, por lo que el andar a pie es complicado, pero la enorme cantidad de turistas hace casi imposible que los burros soporten tanta carga de trabajo.
En verano, Santorini recibe un promedio de 5 cruceros por día, con 1,200 turistas cada uno… pobres burritos…
Ante esto, el Ministerio de Desarrollo Rural y Alimentación de Grecia ha emitido nuevos lineamientos al respecto, mediante los cuales queda prohibido que personas con más de 100 kilogramos de peso suban a los Taxiburros:
Los propietarios de équidos de trabajo deben asegurarse de que el nivel de salud de los animales sea alto. También debe haber materiales de desinfección en sus habitaciones y estaciones de trabajo. Bajo ninguna circunstancia se deben usar animales no aptos para el trabajo, es decir, animales enfermos, heridos, animales con un embarazo avanzado, así como animales con un mantenimiento deficiente de los cascos.
Los animales deben recibir alimentos adecuados y agua potable fresca diariamente, en recipientes que no puedan contaminarse y que se limpien al menos una vez al día. Los équidos de trabajo no deben cargarse con peso excesivo por su tamaño, edad o condición física. La carga no puede exceder el peso de 100 kg, o una quinta parte de su peso corporal.
Hace algún tiempo se habían usado más mulas en este servicio a turistas, ya que son un poco más resistentes, pero esta indicación es también para ellas.
Elisavet Chatzi, voluntaria de PETA en Atenas ha manifestado que este es un gran logro, aunque falta mucho, pues es necesario que los dueños de los animales y los turistas tengan la conciencia necesaria para evitar el maltrato.
Señaló que algunos turistas, lo que hacen es contratar hasta 3 burros diferentes, para no cansar solo a uno y así tratar de evadir esta prohibición…
También se cuenta ya con un albergue para que, cuando se jubilen estos animales de su función como transporte de turistas, no sean sacrificados, como se hacía, sino que vayan a este lugar donde se les da cuidado y alimentación, hasta que mueren naturalmente.