No puede haber dolor más grande para una madre que perder a un hijo, pero tampoco habrá emoción mayor que encontrarlo, aunque ya hayan pasado más de tres décadas sin verlo. Esta historia seguro que te conmoverá.
Li Jingwei tiene 34 años y al compartir un dibujo de cómo recordaba que era la villa en la que vivía con su familia, se pudo reencontrar con su madre, lo que nos muestra la fuerza del amor y también de las redes sociales. Vamos a ver qué fue lo que sucedió.
Cuando solo tenía cuatro años, Li fue secuestrado por uno de sus vecinos en la provincia de Yunnan, China, y lo vendió a una red de tráfico de menores, por lo que su familia no volvió a saber nada de él. Treinta años después, este hombre compartió un video en la red social china Douyin, donde rápido se hizo viral.
Li mostró un dibujo que hizo de memoria, en el que se ve la villa en la que vivía cuando fue raptado. Además, envió un mensaje: “Soy un niño que está buscando su casa”. No hubo más detalles porque ni siquiera recordaba el nombre de la villa.
Li recordó que había una escuela, un bosque de bambú y un estanque. Estos parecen elementos muy vagos, pero fueron cruciales para que se pudiera identificar el lugar que alguna vez fue su hogar. La policía comparó el dibujo con una foto de una villa en Yunnan, donde se tenía el reporte de la desaparición de un niño hace treinta años.
Al encontrar estas coincidencias, las autoridades realizaron pruebas de ADN con Li y la madre que había denunciado la desaparición de su hijo. El resultado fue que Li era ese niño y por fin podría reunirse de nuevo con su mamá.
Después de 13 días de haber compartido el dibujo en redes sociales, el 1 de enero del 2022, se dio el reencuentro y nos podemos imaginar la enorme emoción que los dos sintieron al poder estar juntos de nuevo. Algo que parecía imposible, sucedió.
Treinta y tres años de espera, innumerables noches de anhelo y, finalmente, un mapa dibujado a mano, de memoria, este es el momento de la liberación perfecta después de 13 días. Gracias a todos los que me ayudaron a reunirme con mi familia.
-Li Jingwei
Mi madre lloró tan pronto como hablamos por teléfono. Después de la videollamada, la reconocí de un vistazo. Mi madre y yo tenemos los mismos labios, hasta los dientes.
Li comentó que sus padres adoptivos lo trataron y educaron bien y que ahora él tiene su propia familia, pero nunca pudo olvidar a su madre biológica, por lo que se cuestionaba sobre su origen y cuando creció, comenzó a buscar en bases de datos de ADN, sin obtener buenos resultados.
Después de ver varias historias de reencuentros de padres e hijos, sintió que debía buscar a su familia biológica mientras todavía estuvieran vivos. Comenzó a dibujar la villa y con toda la esperanza, la compartió. Ahora, 30 años después, por fin pudo abrazar de nuevo a su madre. Un momento conmovedor y que no podrá olvidar jamás.