El fenómeno del Niño (FEN), también conocido como El Niño Southern Oscillation (ENSO), es un evento climático cíclico que tiene que ver con el calentamiento del océano Pacífico oriental ecuatorial. Sin embargo, este es solo la mitad del fenómeno, pues existe su contraparte, La Niña, que consiste en un un estado de enfriamiento de las aguas.
Tanto el Niño como la Niña pueden tener consecuencias catastróficas que causan eventos con efectos drásticos sobre zonas enteras que pueden ser azotadas por sequías, inundaciones y frentes de calor extremos que ponen en peligro a las poblaciones. En un reciente comunicado, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), que se ocupa de monitorear los océanos y la atmósfera, ha advertido que luego de tres ciclos sucesivos de La Niña, El Niño ya llegó y se irá fortaleciendo hasta finales de 2024.
¿En qué situación nos encontramos?
Aunque, usualmente, el enfriamiento (La Niña), Calentamiento (El niño) y las condiciones neutras de la superficie del Pacífico son cíclicas, o sea, se van alternando en periodos de entre tres y ocho años, desde 1950 ha habido tres instancias de manifestaciones triples de La Niña, de las que apenas salimos y muy probablemente no se vuelva a repetir en un futuro próximo, lo que nos deja con el calor sofocante y los desastres potenciales que puede significar El Niño.
A pesar de que a principios del año, las manifestaciones del calentamiento eran mínimas, en este momento, el infame fenómeno puede significar nuevos periodos de sequías e inundaciones. Según la Comisión Nacional del Agua en México (Conagua), se prevé que, siguiendo las tendencias de mayo, las condiciones de El Niño estarán presentes y se espera que se fortalezcan gradualmente en el hemisferio norte en el invierno 2023-2024.
¿Qué significa El Niño? La mitad de un ciclo peligroso
Los episodios de El Niño son la mitad más cálida y húmeda del FEN. De entre los más terribles diluvios provocados por este fenómeno se encuentran instancias de desaparición de pueblos enteros bajo las aguas y el deslizamiento de poblaciones sobre las laderas de los montes.
Algunos científicos han creado modelos climáticos en los que, conforme se agudiza el cambio climático, El Niño será más cálido y húmedo, mientras que La Niña será más seca e impactará con más fuerza a comunidades a lo largo y ancho del globo. A pesar de ello, las razones por las que existe FEN no quedan claras, pero se cree que ha existido por miles de años y no hay pruebas de que la actividad humana lo haya intensificado.
¿Qué queda por hacer?
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), sus miembros y asociados, incluido México, seguirán monitoreando de cerca la evolución del FEN y se espera que en los próximos meses, una interpretación más detallada logre darnos una visión pormenorizada de los efectos negativos que podrían presentarse, así como la intensidad de estos.
Dichos hallazgos serán comunicados a las respectivas comunidades afectadas por medio de los servicios meteorológicos e hidrológicos de cada país para que las autoridades puedan coordinar esfuerzos de combate a inundaciones, temperaturas extremas y sequías, según sea pertinente.