Un farmacéutico de Wisconsin, Estados Unidos fue arrestado por destruir a propósito más de 500 dosis de una vacuna contra el coronavirus, retirándolas de la refrigeración en la que se encontraban para que se arruinaran y no pudieran ser aplicadas.
En un principio, el Centro Médico Aurora, lugar donde el individuo trabajaba, declaró que los viales se echaron a perder porque fueron dejados accidentalmente a temperatura ambiente durante la noche por el empleado. Sin embargo, el implicado, de nombre Stephen Brandenburg, reconoció que él retiró las vacunas, consciente de que estas dejarían de ser funcionales.
Pero ¿por qué lo hizo? Probablemente no les sorprenda, pero el farmacéutico, de 46 años, les dijo a los investigadores que manipuló deliberadamente los viales porque es un teórico de la conspiración covid-19 y él creía que las vacunas no eran seguras.
Brandenburg, a quien se le concedió su licencia en 1997, fue arrestado en su casa en la víspera de Año Nuevo. Se dice que es “un teórico de conspiraciones confeso” que creía que la vacuna Moderna “no era segura para las personas y podría dañarlas y cambiar su ADN”.
Según las declaraciones de los oficiales del caso, el 24 y 25 de diciembre del año pasado, Brandenburg “intencionalmente” tomó los viales que contenían dosis de la vacuna del almacenamiento refrigerado en el Centro Médico Aurora y los dejó afuera para que se echaran a perder durante la noche.
La vacuna Moderna debe permanecer en refrigeración entre 36 y 46 grados Fahrenheit, pues al bajar el rango de temperatura, esta podría comprometer su potencia y eficacia.
El 26 de diciembre, un técnico de farmacia descubrió que se habían dejado 57 viales de la vacuna afuera del refrigerador. Cada uno de estos contenía 10 dosis, sumando aproximadamente 570 en total, con un valor estimado de 11,000 dólares.
Los investigadores ahora están esperando los resultados de las pruebas de las dosis manipuladas para establecer si son inutilizables. Si se determina que las dosis son inservibles, aunado a su confesión, Brandenburg podría ser acusado de un delito menor.
En realidad, no hay evidencia que respalde la afirmación de que la vacuna contra el coronavirus altera el ADN de una persona. La creencias de Brandenburg ocasionaron que 500 personas no recibieran la inyección a tiempo, lo que podría atrasar la inoculación en Estados Unidos.