Kanye West podría escuchar su música para hablar de él, pero… no, ya será luego. Basta con decir que sus comentarios antisemitas han tenido repercusiones en su estatus financiero, pues algunos patrocinios le han sido retirados debido a sus conocidos tuits.
Medios como Rolling Stone mencionan que tras sus comentarios contra el pueblo judío, Kanye perdió el patrocinio de Adidas, que, según Forbes, le significaba un ingreso de 1.5 billones de dólares, por lo que se ha reportado que su riqueza se ha reducido a 400 millones.
Por este motivo, los fans del rapero han creado varias campañas en GoFoundMe, que apenas habían recaudado cinco dólares, pero la página ha decidido eliminarlas. Estas campañas iniciadas por fanáticos buscaban devolverle su creatividad a Kanye, lo que, para estas personas, va de la mano del dinero. Catastrófica apreciación.
En el 2016, Kanye había pedido a Mark Zuckerberg que lo financiara para poder desarrollar su “genio”, proyectos e ideas, propuesta a la que el CEO de Facebook hizo caso omiso. Por eso un hombre comenzó una campaña de recaudación a favor del rapero que sigue en pie y que tiene poco más de 53 mil dólares ahorrados.
En aquellos tiempos, la colecta iniciada por Jeremy Piatt se hizo llamar “Sacar a Kanye de la deuda”. Sin embargo, parece que la financiación requerida por el rapero no puede venir de sus escuchas, sino de las grandes empresas que lo soportan. No podemos dejar de notar la idea de que la cantidad de dinero iguala a la calidad del artista o da su verdadera forma al producto del artista. Cuando coinciden estas cosas, no queda más que esperar a que todos los sueños sean vanos, pues no habrá nada que el dinero no pueda hacer realidad.
Que el genio dependa del patrocinio no es nuevo, grandes artistas hicieron sus obras bajo mecenazgo, pero situar la génesis del excepcionalidad en la sola tenencia o no de dinero, es otra cosa. Si la obra estaba escondida en el mármol para Miguel Ángel, para Kanye West se encuentra bajo montañas de dólares. Así, toda transformación de la materia prima y trabajo aplicado queda anulado a pesar de seguir siendo ideas bajo las que se justifican la producción y la vida de cualquier cosa.