En Kentucky, Estados Unidos, dos familias han presentado dos demandas formales contra Meta debido a que consideran que la plataforma de Instagram ha mermado la salud física y mental de sus hijas adolescentes, quienes han sufrido trastornos alimenticios y han tenido intentos de suicidio a partir de que comenzaron a usar la red social.
Una de las demandas viene de Louisville, Kentucky, por parte de Candace Wuest y su hija Cece, quienes han dicho que la joven se hizo adicta a la red social poco tiempo después de que se uniera a ella. Cuentan que es usuaria desde los 12 años y que comenzó a navegar en Instagram para ver recetas de comida deliciosa, pero que pronto todo fue degenerando, pues todo acabó en videos sobre dietas y alimentos dañinos para la salud, que, según las demandantes, le fueron sugeridos por el algoritmo.
Debido a esto, Cece intentó suicidarse y acabó en un hospital de rehabilitación. Además, sufrió un ataque cardíaco a causa de su mala alimentación. En la demanda, la familia Wuest acusa a Instagram y Meta de negligencia, fraude y enriquecimiento ilícito.
Meta sabe que su producto contribuye a la depresión de los adolescentes, a la ansiedad, incluso al suicidio y a las autolesiones. ¿Por qué no cambia esas herramientas dañinas y deja de utilizar algoritmos en relación, al menos, con las cuentas de adolescentes? La prioridad de Meta es el crecimiento y la competencia y considera que ‘adquirir y retener’ a los adolescentes es esencial para su supervivencia.
La otra familia afectada es la de los Martin, Benjamin y Jennifer presentaron la demanda porque notaron que su hija cambió su vida totalmente luego de entrar a Instagram. Alexandra también empezó a ver fotos en la red a los 12 años y, desde entonces, ha tenido dos intentos de suicidio.
La demanda alega que la red pronto le presentó contenido sobre trastornos alimenticios y que esto fue minando su estabilidad emocional y física, por lo que comenzó a mostrar síntomas de depresión y ansiedad. En 2019, Alexandra fue hospitalizada debido a la anorexia y ya había tenido dos tentativas de quitarse la vida.
Era adicta a Instagram y no podía dejar de usarlo, ni siquiera cuando la red social dirigía cantidades crecientes de contenido dañino. A través de las cuentas de Alex y de las características del producto, que incluían cada vez más modelos con bajo peso, alimentación poco saludable y contenidos de trastornos alimenticios.
Las familias exigen una compensación monetaria, así como que se modifique el contenido que la red pueda mostrar a adolescentes, pues consideran que Instagram contribuye “a la creciente crisis de salud mental de los niños y adolescentes de EE.UU.”.