Seguro recuerdas con cariño a tu mascota de la infancia y también lo duro que fue su pérdida. Imagina por un momento que de pronto la vuelves a encontrar después de muchos años. Te volverías loco de la emoción.
Justo esto es lo que sucedió en Brasil, en un caso que se ha convertido viral de inmediato, pues pasaron 38 años para que una familia viera de nuevo a Manuelita, su tortuga que creyeron muerta y que todo este tiempo estuvo con ellos en la misma casa.
La familia Almeida hizo una remodelación de su casa hace más de 30 años, y con el desorden que había pensaron que Manuelita se había perdido; esperaron a que regresara y no lo hizo, así que se resignaron a la pérdida.
Muchos años pasaron, los hijos crecieron, la madre murió, y cuando Leonel Almeida, el jefe de familia también falleció hace unas semanas, sucedió lo impensable. Como la casa ya estaba sola los hijos decidieron ir a limpiar para poder venderla.
Había un espacio al que prácticamente nunca entraban porque Leonel acostumbraba guardar toda clase de materiales y cosas “porque algún día pudieran servir”, así que se fueron amontonando ahí por años.
En 1982, mientras remodelaban la casa los trabajadores dejaron la puerta abierta, así que la familia pensó que Manuelita había salido y se había internado en el bosque cercano, pero nunca se imaginaron que en realidad había llegado hasta ese montón de cosas que Leonel guardaba y ahí se refugió.
Mientras estaban limpiando, Leandro, uno de los hijos, cargaba una caja con discos viejos, cuando uno de los vecinos le preguntó si es que iba a tirar a la tortuga que llevaba ahí…
Quedé pálido. No podía creerlo. Yo crecí jugando con Manuela. La emoción al verla viva fue inmensa. Según nos dijeron los veterinarios que la atendieron, se mantuvo con vida comiendo termitas y bebiendo las gotas de agua que se condensaban.
—Leandro Almeida
Manuelita es una tortuga de patas rojas, y esa especie tiene la habilidad de bajar su temperatura corporal y modificar sus procesos fisiológicos, con lo que pueden vivir un largo tiempo con el mínimo de energía, además de que mantienen reservas de grasa que se vuelven a generar cada vez que se alimentan.
Debido a la enorme cantidad de muebles y objetos viejos en ese lugar había muchas termitas e insectos, que le sirvieron de alimento durante 38 años.