El documental El estafador de Tinder se ha vuelto uno de los más populares en Netflix, pues quién no ha usado esta aplicación para encontrar a alguien con quien salir y platicar (guiño, guiño). A pesar de ser una plataforma dedicada a iniciar relaciones con nuevas personas, esto la ha colocado entre las más usuales para hacer estafas y robo de identidad. Caro, una mujer colombiana, fue víctima de uno de estos engaños y casi cae en las redes del “Estafador de Tinder colombiano”.
Todo comenzó el 6 de febrero de 2022, cuando Caro, una mujer de Manizales, Colombia, publicó un tuit en su cuenta (@HIADA) en el que relató cómo conoció un hombre en Tinder, quien quiso estafarla al pedirle dinero para ”arreglarse con las autoridades”. Pero como todo chismecito, siempre es mejor darle un poco de sabor. Así que, como diría Silvia Pinal, “acompáñame a ver esta triste historia”.
La historia inició con un match como cualquiera. Deslizar la pantalla hacia los costados, darle like a quien te gusta, seguir deslizando y de un momento a otro llega la notificación inesperada. El nombre del sujeto era Juan Fernando y en su perfil se describe como “paisa” y “ganadero”. La charla de Tinder pronto se trasladó a WhatsApp.
Caro y Fernando estuvieron hablando todas las noches y días por dos semanas, a tal punto que parecía que algo real se estaba forjando. Los saludos a las 5:00 a. m. para ver cómo habían dormido estaban presentes. Uno no se puede resistir a ese nivel de amor, comprensión y ternura.
Aprovechando la tendencia de #TheTinderSwindler
Con estas fotos hay un personaje #ElEstafadorDeTinder Colombiano en #tinder #bumble #badoo, ya sé de varias mujeres (incluyéndome) que ha intentado estafar.
Se hace llamar Juan Fernando, “paisa”, ganadero 🤦🏻♀️ pic.twitter.com/Rq4Gdxp4C4— CARO la PLUS (@HIADA) February 7, 2022
Fernando había hecho planes de viajar a visitar a Caro, pero el día que se iba a realizar el encuentro, Fernando llamó varias veces para decir que iba en camino. Antes de que comiencen a elevar las reds flags, es importante mencionar que, en apariencia, el chico estaba escribiéndo desde Antioquia, Colombia, por lo que el camino de una ciudad a otra toma, por lo menos, 10 horas en auto.
Según Caro, en una de las llamadas, Fernando le dijo que estaba en un retén del ejército, algo normal cuando viajas en carretera. Sin embargo, esto parecía tener tintes extraños, pues el joven comenzó a pedirle dinero prestado a Caro. Al parecer habían encontrado en su camioneta un arma (no es una excusa muy buena para pedir dinero). El porte ilegal de armas en Colombia le daría de 9 a 12 años en la cárcel.
Para resumir la historia y que no haya malos entendidos sobre #ElEstafadorDeTinder en Colombia:
1. El estafador utiliza fotos ajenas para usar en apps se citas.
2. El verdadero dueño de las fotos ha sido muy amable y ya interpuso la denuncia por suplantación— CARO la PLUS (@HIADA) February 7, 2022
Fernando le explicó a Caro que le estaban pidiendo tres millones de pesos colombianos para dejarlo libre, un aproximado de 765 dólares, pero él solo llevaba 2 125 000 pesos colombianos (541 dólares), por lo que buscaba que su conquista le hiciera el favor de prestarle el dinero faltante para poder salir del aprieto y llegar a tiempo para su encuentro.
Cuando te pide dinero prestado un tipo con el que llevas hablando dos semanas, que no conoces en persona, no se deja ver en videollamada y no usa redes sociales, sabes que las cosas no andan bien y sospechar es la mejor herramienta en estos casos. Caro tomó una decisión muy inteligente diciéndole que no caería en su estafa. La llamada que tenían terminó.
¿Entonces Caro se quedó sin su cita? Al parecer sí, pero antes de cortar todo contacto con Fernando, recibió algo de información, tal vez más valiosa de lo que pensaba. El chico le mandó su ubicación y no se encontraba en camino de Antioquia a Manizales, sino que estaba en Caquetá, Florencia. Si esto no se podía poner más turbio, su ubicación estaba cerca de la cárcel Las Heliconias de Leticia, por lo que ella dice que es posible que estuviera hablando con un convicto.
Cabe aclarar que las fotografías del sujeto que se hizo llamar Fernando no pertenecen a él, sino que fueron robadas del perfil de Instagram de Damian J. Manco. Estas fueron usadas para hacer la cuenta de Tinder con la que se realizaban las estafas. Caro mencionó en otro de sus tuits que Damian ya había interpuesto una denuncia por suplantación y, de hecho, el afectado lo confirmó con un tuit.
En un listado de aclaración, Caro dijo que otras mujeres ya habían sido engañadas por el mismo personaje con diferentes nombres. Algunas de las mujeres han perdido dinero, pero aclaró que no habían realizado denuncias porque “hay personas muy poco empáticas con las víctimas”.