Sabemos que la Tierra pasa por un momento grave en cuanto a contaminación se refiere, aunque todavía no se llega a un punto crítico en el que ya no haya vuelta atrás, así que cualquier esfuerzo, aunque parezca muy pequeño, es valioso para mejorar la situación.
Akshar es una fundación que tiene una escuela en la India, país que por su enorme densidad demográfica es uno de los más contaminados, que está aportando su esfuerzo para hacer del planeta un lugar más limpio, con una medida interesante: en lugar de pagar con dinero su inscripción, los alumnos deben recolectar basura y entregarla en la institución.
Mazin Mukhtar y Parmita su esposa, fundaron esta escuela, luego de que lo analizaron cuando se conocieron en Nueva York en 2013:
Ambos estábamos soñando con comenzar un nuevo tipo de escuela, específicamente diseñada para niños en pobreza. Formamos Akshar ese mismo año que nos conocimos y comenzamos nuestra escuela, Akshar Forum, en 2016.
Primero arrancaron con una campaña de reciclaje, pero no hubo mucho interés de parte de los padres de familia, así que pensaron en algo mucho mejor:
Se nos ocurrió la idea de establecer ‘Cuotas escolares plásticas’ para obligar a los padres a reciclar. La escuela fue gratuita durante años antes de que empezáramos esa política. En realidad, se parece más a una tarea obligatoria que a las cuotas escolares, pero cobrar con plástico las cuotas escolares sirve para recordar a los padres que: la escuela es totalmente gratuita, pero lo menos que pueden hacer es ayudarnos y ayudarse a sí mismos enviando sus residuos plásticos limpios y secos desde su hogar.
El objetivo desde un inicio fue abrir una escuela gratuita, ya que se ubica en una zona de alta marginación, pero al conocer la situación de contaminación y residuos plásticos que terminan en el mar o bien, como en esta región, que se acostumbran quemar, lo que genera una impresionante contaminación y malestares constantes.
Antes de la llegada de la escuela, los niños trabajaban en una cantera de piedra donde ganaban 2.50 dólares por día, pero al ser gratuita la educación decidieron entrar a estudiar y además, los alumnos más grandes les enseñan a los de grados inferiores y se les da un pago en billetes simbólicos que pueden cambiar por alimentos, ropa y papel, o también le pueden pedir a los maestros que les compren algo en Amazon.
Por supuesto, se educa a los alumnos y a sus padres sobre la importancia del reciclaje y también a que dejen de quemar plástico, que se hace para tratar de mantener calientes los hogares en la época invernal, ya que, como dijimos, se trata de una comunidad de bajos recursos económicos.
Como dicen sus fundadores: “utilizan el trabajo infantil para acabar con el trabajo infantil”, y es que también el reciclaje deja recursos para que siga operando la institución y los alumnos no tengan que volver a la cantera a picar piedra.
Respecto al método de estudios, se acompaña a cada estudiante hasta que logra el conocimiento y las habilidades necesarias para saltar a un siguiente nivel y logran convertirse también en maestros de los más pequeños; y Mazin añadió:
Colocamos a cada estudiante directamente en una carrera: los niños permanecen en la escuela hasta que se encuentra una carrera para ellos, a través de la universidad o el aprendizaje de un oficio de alta habilidad. Los adolescentes desarrollan habilidades vocacionales, además de la enseñanza, en un grupo crítico de 12 a 18 años. Los estudiantes aprenden inglés, matemáticas y ciencias, pero en la escuela secundaria el plan de estudios incorpora carpintería, bordado, reciclaje, fotografía y próximamente un curso de técnico solar más desarrollado.
Además de recolectar el plástico, los jóvenes se dedican a compactarlo y fabricar “eco-ladrillos” con lo que también se elabora más infraestructura para la escuela, así que por donde se le vea, es un sistema de beneficio para todo el mundo.
Sus fundadores, Mazin y Parmita han generado un cambio profundo en esta comunidad, pues lograron un modelo educativo, económico, ecológico y social que le cambió el rostro a una zona que parecía estar condenada a la pobreza y marginación.
El plan, dice la pareja, es replicar este modelo en al menos 100 ciudades por todo lo largo y ancho de la India. Ojalá no nada más logren ese objetivo, sino que puedan superarlo, porque lugares así hacen falta, y personas como ellos, también.