Anteriormente el realizar una película representaba un reto mayúsculo para que pudiera parecer lo más real posible, así que se construían enormes escenografías, toneladas de maquillaje y mucha paciencia, y no siempre el resultado era el esperado.
Con el avance de la tecnología, ahora es relativamente sencillo recrear escenarios, rostros, monstruos y lo que te puedas imaginar, solo con el uso de una pantalla verde o azul, lo que ahorra mucho dinero y tiempo.
Veamos algunos ejemplos que te van a dejar sin palabras.