Poco antes de que Malik Sparkman falleciera de cáncer, sólo había una cosa que quería: que sus compañeros de equipo, de la preparatoria del Condado de Coffee, en Georgia, llevaran su ataúd en el campo del Estadio Jardine, como parte de su despedida. Así que sus compañeros se lo cumplieron.
Malik, era un chico de 18 años, estrella prometedora en el deporte estadounidense, y ya había levantado el interés de la universidad de Florida State. Pero se vio obligado a dejar de jugar cuando le diagnosticaron carcimona medular renal en fase terminal, un tipo raro de cáncer de riñón, a menudo asociado con rasgos de células falciformes.
“Era un gran jugador, me decía que soy un gran entrenador. Jamás lo escuché quejarse de lastimarse o de dolor”.
– Entrenador Robby Pruitt.
A pesar de ser un luchador, Malik perdió la batalla y falleció un 17 de mayo del 2015. Más de 500 amigos y parientes asistieron al servicio y le rindieron homenaje.
Antes de morir, el joven dejó una última petición a sus amigos y familiares: pasar por el túnel del deportivo de la preparatoria de Coffee, junto a sus compañeros, por una última vez… Ellos lo cumplieron.
Frente a la familia, amigos y entrenadores, los compañeros de equipo de Sparkman llevaron solemnemente su ataúd por el túnel y en medio de la cancha.
“Si lo veías por los pasillos cuando te sentías molesto, creo que todos estamos de acuerdo en que él trataría de hacerte sentir mejor”, dijo una amiga, Karleen Evans.
Su novia, Tia Williams, dijo que ella y sus compañeros estaban pasando por un proceso difícil:
“Se apoyan entre ellos, como equipo. Son fuertes, pero el funeral nos quebró a todos, aunque sabemos que ya no está sufriendo”.
Sus compañeros rindieron homenaje a Malik durante los juegos siguientes, hasta que terminó la temporada.