Concluyeron los Juegos Olímpicos de Río 2016 sin que la polémica dejara de presentarse; así se vivió en la última disciplina realizada: la lucha libre.
Ganzorig Mandakhnaran -de Mongolia- y Ikhtiyor Navruzov -de Uzbekistán- se disputaban la medalla de bronce de lucha estilo libre de 65 kilos.
Mandakhnaran dominaba la pelea 7-6, y en un momento comenzó a festejar la victoria, a reírse y esquivar a su oponente 5 segundos antes de que terminara la pelea, lo que fue penalizado por los jueces por actitud antideportiva y dando así un punto y el triunfo a Navruzov.
En virtud del empate y ser el ucraniano el último luchador de anotar, Navruzov se adjudicó la victoria y la medalla de bronce.
Esta decisión enfureció a los entrenadores que comenzaron a desnudarse en protesta por esta decisión que arrebataba la medalla a este país.
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Como resultado de la protesta, Navruzov fue galardonado con otro punto por penalización, llevándose la contundente victoria.
Uno de estos entrenadores, Byambarenchin Bayaraa, dijo que comenzaron a quitarse la ropa porque “los árbitros no estuvieron bien y favorecieron al rival”.
“Íbamos ganando 7-6 y se perdió por una decisión de los jueces. Es la primera vez que pasa. Tres millones de personas en Mongolia querían este bronce y ahora no tenemos medalla. El 100% del público nos apoyó”.
No obstante, mientras ellos protestaban Mandakhnaran reconoció el resultado y felicitó a su oponente. Al final, los inconformes fueron expulsados por personal de seguridad.
En esta categoría, el ruso Soslan Ramovo superó 4-0 al azerbaiyano Toghrul Asgarov, para llevarse el oro.