En México se cuentan muchas leyendas sobre la conquista española, muchas de ellas han pasado de generación en generación, aunque algunas parecen más fantásticas que verídicas.
Sin embargo, en días pasados se evidenció versión real de una leyenda: la torre de cráneos, encontrada por arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH). Más de 650 cráneos cubiertos de cal, apilados unos sobre otros, formando un altar. Estos restos fueron encontrados cerca del sitio del Templo Mayor, uno de los principales de la capital azteca Tenochtitlán, que más tarde se convirtió en la Ciudad de México.
Según las historias, se cree que esta torre formaba parte del famoso Huey Tzompantli, descrito en varias historias de los conquistadores. Se trata de un enorme altar compuesto de calaveras, que causó espanto en los españoles cuando, bajo el mando de Hernán Cortés, capturaron la ciudad.
De acuerdo a los estudios de diversos historiadores y arqueólogos, este tipo de construcciones, adornadas con cabezas de guerreros capturados, eran algo común en distintas culturas mesoamericanas. Pero, aunque se creía que todos estos restos humanos pertenecían a los guerreros, la excavación demostró que había algo más…
El antropólogo biólogo Rodrigo Bolaños explicó en una entrevista con Reuters, que los registros indican que los aztecas no solo sacrificaban jóvenes guerreros, puesto que se encontraron cráneos de mujeres y niños también.
Los niños y mujeres no iban a la guerra. Está pasando algo que no está registrado y esto es muy nuevo, una primicia en el Huey Tzompantli.
“Un gran hallazgo, no hay duda de que la torre era una de las estructuras con cráneos mencionadas por Andrés de Tapia, un soldado español que acompañó a Cortés en la conquista de México en 1521”, dijo Raúl Barrera, uno de los arqueólogos. En su relato de la campaña, Tapia reveló que había contado decenas de miles de cráneos en lo que se conoció como el Huey Tzompantli.
Su base aún no se ha descubierto, y se cree que se encontrarán más cráneos, por lo que, tal vez, esta historia dé mucho de qué hablar en próximos meses.