La serie televisiva de El Chavo del 8 tuvo tanto éxito que después de varias décadas se sigue recordando con cariño a los personajes que ahí aparecían porque se han vuelto parte de la cultura en prácticamente toda América Latina, sobre todo en México, que es donde se realizó la serie y de donde todos los actores eran originarios.
Uno de los que más se recuerdan es Jaimito el Cartero, que interpretaba a un hombre de edad avanzada que desempeñaba este oficio, aunque era un poco haragán porque siempre quería “evitar la fatiga” y, claro, siempre recordaba a su pueblo natal: Tangamandapio. A través de TikTok, los usuarios aseguran que lo han encontrado, pero ahora en Tlalnepantla, en el Estado de México.
Caminando por una avenida en Tlalnepantla, alguien captó en video a este “doble” de Jaimito y de inmediato se viralizó. Hay que recordar que el personaje lo interpretaba el actor Raúl “Chato” Padilla, quien murió en 1994, pero, como dijimos, estos personajes son tan queridos que permanecen en la memoria de una enorme cantidad de seguidores.
Se trata de don Hipólito Marcial Hilario, de 72 años, quien al no tener trabajo ni familia que lo apoye, un día llegó a un crucero por donde pasa el tren y comenzó a dirigir el tráfico a cambio de unas monedas. Le fue bien y ha seguido con esta labor que le da algunas monedas para poder sobrevivir. El hombre utiliza una camisa de tipo policía, aunque no trabaja para la corporación, y una gorra que lo hace lucir como el célebre Jaimito.
Don Hipólito es originario de Michoacán, estado en el que se encuentra Tangamandapio, el añorado pueblo de Jaimito, otra coincidencia. El hombre tiene 20 años en Tlalnepantla y dice que ya no regresa a su tierra porque no sabe si todavía vive alguien de su familia y porque no tiene dinero para los pasajes de autobús.
Este hombre sale todos los días a trabajar y esperamos que con la popularidad que ha adquirido en redes sociales obtenga más monedas y pueda tener una vida mejor, aunque en eso se parece también a Jaimito, quien no tenía ni para pagar la renta. Al menos, don Hipólito no tiene qué soportar las travesuras del Chavo del 8.