Al parecer la creatividad (y lo raro) en la gastronomía mexicana, una de las más vastas y populares en el mundo, no tiene fin. Ya vimos las manteconchas, lo que luego derivó en la hamburconcha, y ahora tenemos otro platillo que parece muy extraño pero al que le podemos dar una oportunidad.
Sobre todo en la Ciudad de México se tiene la costumbre de rellenar un pan, conocido como bolillo, casi con cualquier cosa, lo que se ha vuelto algo tan tradicional como los tacos. Así llegan los “boliesquites”.
El bolillo es un pan elaborado con harina de trigo cuyo sabor no es dulce, que tiene su origen en el baguette francés que llegó a México en el siglo XIX durante la Intervención Francesa y se quedó en la tradición culinaria.
Tiene una consistencia crujiente en el exterior y es suave por dentro, por lo que sirve bastante para rellenarlo con algún guiso o como hacen en la capital mexicana, prácticamente con todo lo que se les ocurra, como en este caso.
Los esquites son granos de maíz cocidos, muy populares en todo México, conocidos por ese nombre en la región Centro, y con el nombre de elote, chaska, troles, trolelotes, en otras zonas, y por lo regular se acompaña de mayonesa, crema, queso y por supuesto chile, ya sea en salsa, en polvo o con ambos.
Para los mexicanos esto puede sonar atractivo ya que están acostumbrados a sus sabores; para los habitantes de otros países puede ser interesante por la curiosidad de probar algo así.
Además tiene una ventaja importante: los esquites se sirven en vasos de unicel, pero al ponerlo en el bolillo se convierten en amigables con el medio ambiente y eso suena muy bien.
¿Te atreves a probarlos?