En agosto de 2018, Richard Russell, un empleado con actividades terrestres de una aerolínea, tomó un avión no tripulado, encendió los motores y emprendió un vuelo. El despegue alertó a los encargados de tráfico aéreo, quienes, desconcertados, no sabían quién llevaba el mando de la aeronave y cuál era su destino, pues no había más vuelos programados para ese avión.
No tardaron en identificar al responsable y aunque quisieron ayudarlo para que aterrizara a salvo, eso no estaba en sus planes. Russell concluyó su vuelo estrellando el avión en una isla cercana al aeropuerto. El hombre murió en el percance y su deceso fue considerado como suicidio. A cuatro años del inusual hecho, nuevas imágenes de las cámaras de seguridad salen a luz, tratando de esclarecer lo sucedido.
Richard Russell, de 29 años, era un empleado en el Aeropuerto Internacional de Seattle-Tacoma, su trabajo principal estaba destinado a la manipulación de equipaje y al remolque de los aviones hacia la pista o un lugar de aparcamiento. Un empleado como cualquier otro en Horizon Air, una subsidiaria de Alaska Airlines. Sin embargo, en un movimiento inesperado y, aún desconocido para los investigadores, decidió tomar un avión y pilotarlo sin experiencia previa ni autorización.
Los investigadores del FBI no han dado con un motivo contundente que haya conducido a Russell a hacer tal acto, aunque descartan que haya trabajado de la mano con alguien más o que tuviera alguna relación con organizaciones terroristas. Nuevas imágenes del circuito cerrado del aeropuerto ayudan a describir cómo fue su último día de vida y qué hizo desde su ingreso a las instalaciones hasta el despegue de la nave.
Russell llegó al aeropuerto con pantalones cortos y una camisa oscura con la leyenda “The Sky’s No Limit (El cielo no es el límite)”. El hombre realizó su registro a las 2:36 (cinco horas antes del robo del avión). Pasó por el filtro de seguridad como cualquier persona, recogió pertenencias del transportador y se dirigió a la sección de carga del aeropuerto en donde trabajan los manipuladores de equipaje.
Esa fue la última vez que se la captó en cámara, hasta cinco horas después, cuando se le vio saliendo del área de carga del aeropuerto con un vehículo remolcador con el que empujó el avión hacia una calle de rodaje. Sus compañeros no sospechaban lo que estaba pasando, pues era una de las actividades que eran parte de su trabajo. Sin embargo, la torre de control comenzó a sospechar, ya que no tenían contemplado un despegue por ese avión, por lo que intentaron contactar con la nave.
Por último, se ve Russell saltar hacia la cabina y posteriormente despegar el avión. Después de que la torre de control intentara hacer contacto y cuestionara a otros pilotos sobre lo que estaba pasando, el inexperto hombre contestó por el sistema de comunicación. “Seattle Ground, chico Horizon. A punto de despegar. Va a ser una locura”.
Inicia el vuelo
Hoy en día, a las autoridades y personal de las aerolíneas le sigue sorprendiendo cómo un hombre sin experiencia y sin licencia de vuelo haya podido controlar una compleja máquina como un avión comercial. La torre de control, en su momento, trataba de no perder el contacto y llevar a Russell al suelo.
Torre de control: Necesita ayuda para controlar su avión.
Russell: Nah, quiero decir, no necesito tanta ayuda. He jugado algunos videojuegos antes.
Here's the #Plane That was #Hijacked in #Seattle, Washington #SeaTac pic.twitter.com/HF03gGdAR9
— Washington Pundit ©🇧🇷 (@TWPundit) August 11, 2018
El hombre estuvo volando sin un destino fijo, pero parecía saber lo que hacía. Quince minutos después de que el avión despegara, dos aviones de combate F-15 salieron de la base de la Guardia Nacional Aérea de Portland con la intención de interceptar. Este equipo se entrena todos los días con el fin de estar listos para prevenir secuestros y amenazas terroristas, pero no tuvieron éxito.
Mientras tanto, los controladores de tráfico continuaban con una labor de contención y aunque trataban de ayudarlo, Russell sabía lo que le esperaba cuando tocara tierra. Aun así, decidió bromear sobre la situación.
Russell: Oigan, ¿creen que si aterrizo con éxito en Alaska, me darán trabajo como piloto?
Torre de control: ¿Sabes? Creo que te darían un trabajo haciendo cualquier cosa si pudieras lograr esto.
Hay muchas personas que se preocupan por mí y les va a decepcionar escuchar que hice esto. Me gustaría pedir disculpas a todas y cada una de ellas. Soy solo un hombre roto, que tiene algunos tornillos sueltos, supongo. Nunca lo supe realmente hasta ahora.
—Richard Russell
Con atrevidos giros de barril y vueltas mientras los aviones militares lo perseguían, Russell se iba alejando de las áreas densamente pobladas para después estrellar intencionalmente la aeronave en una isla en Puget Sound, que solo era ocupada por 20 habitantes. Por desgracia, el piloto murió en el choque.