En lugar de pasear perros, un emprendedor en Los Ángeles se convirtió en el primer paseador de personas profesional, cobra $7 dólares por milla por acompañar a la gente a caminar y su negocio podría convertirse en franquicia…
Un emprendedor accidental, podría haber encontrado una respuesta a la soledad cada vez mayor en las ciudades de Estados unidos. Según el diario The Guardian, el barbado estadounidense y actor, establecido en Los Ángeles, California, se convirtió en el primer paseador de personas en la ciudad.
Explica que pensó en pasear perros pero que no le gusta recoger sus excrementos.
“No soy un entrenador personal, no soy un fisioterapeuta, no soy un doctor, ayudo a la gente caminando”, dice.
Por $7 dólares la milla, McCarthy acompaña a sus clientes en las aceras, en los parques, y en donde quieran ir a caminar, platicando de cualquier cosa. Su único marketing consiste en los anuncios que pone en los postes de luz y la playera que él mismo se fabricó, que dice “The People Walker” (El Paseador de Personas).
La gente ha respondido muy bien, y McCarthy tiene ya cientos de correos electrónicos. Ha reclutado ya a otras cinco personas de otras partes de la ciudad para continuar con su empresa. Incluso hay interés en su franquicia en lugares como Inglaterra, Nueva York e Israel.
McCarthy vio un problema y su solución parece tener demanda. Su siguiente movimiento es lanzar una aplicación como la de Uber. Una cita de McCarthy expresa la ironía del asunto.
“Continuamente nos comunicamos con teléfonos y computadoras pero no es suficiente, necesitamos la interacción humana”.
Las nuevas tecnologías, especialmente las redes sociales y las aplicaciones de citas, han contribuido a la epidemia de la soledad que barre Estados Unidos en décadas recientes.
En los años 70 y 80, un 11% a 20% de los estadounidenses reportaron sentirse solos, dice el director del Centro de Neurociencia Cognitiva y Social, y coautor de Soledad: Naturaleza Humana y la Necesidad de Interacción Social. Esa proporción se incrementó a 40% y 45% esta década.
La creciente habilidad de encontrar trabajos en otras ciudades y el interminable entretenimiento en los teléfonos celulares han hecho más fácil despegarnos de las conexiones sociales que antes nos unían. Ahora, son likes o comentarios en una publicación.