Ya sabemos que eso de los “abonos chiquitos” se puede convertir en una pesada condena de años de estar pagando hasta poder salir de la deuda. Uno de los especialistas en este sector es la tienda Coppel, en México.
Un joven enamorado, que se hace llamar Vitolín en redes sociales, compartió que le compró un anillo de compromiso a su novia, el cual “solo” se lo dejaron a 3.50 dólares por semana. Parece una cantidad insignificante, pero la cosa es que tiene que pagar durante 156 semanas…
En total, el hombre pagaría 546 dólares por el anillo, una cantidad importante para un trabajador que no gana mucho en México. Sin embargo, su deseo de casarse lo impulsó a echarse encima esta deuda, sin contar con lo que pasaría después.
Este romántico le recitó un poema y, rodilla en tierra, le pidió matrimonio. Todo iba bien porque le dijeron que sí y tenía para pagar los abonos, pero ya sabemos que la vida puede dar giros inesperados. Resulta que su prometida, quien está embarazada, tuvo que ser hospitalizada de emergencia en un hospital privado y no tenía dinero para pagar la cuenta.
De acuerdo a Vitolín, su novia tuvo que ser atendida en el hospital por una emergencia, pero como se trataba de uno privado, la cuenta era de casi 500 dólares por una noche. Pensando en que el anillo le costará 546 dólares, fue a una casa de empeño, pero se llevó una desagradable sorpresa cuando solo le prestaron 25 dólares.
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Por fortuna, su esposa salió bien del hospital, pero se puso muy triste cuando le dijo que había empeñado su anillo, en especial cuando le contó sobre la cantidad que le habían prestado, lo que significa que este artículo es de mala calidad y terminará pagando más en intereses y otros cargos que por el valor real. Bien dicen que “lo barato sale caro”.