Al más puro estilo de Terminator, un informe del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas reveló que el año pasado un dron militar atacó a unas personas en Libia, pero lo raro de la situación es que lo hizo de forma “autónoma”, lo que para muchos puede significar el inicio de una guerra entre las máquinas y los humanos. Para ser honestos, esto es algo aterrador.
A pesar de los esfuerzos de varios países por prohibir el uso de estos artefactos, pues son letales, el informe revela que se siguen utilizando, aunque no se sabe si el ataque dejó víctimas y tampoco hay mayores detalles sobre lo sucedido en el ataque. Se trató de un dron STM Kargu-2, que se fabrica en Turquía, cuyo objetivo es perseguir a soldados que huyen en retirada, así que son programados para identificar blancos y eliminarlos.
Este tipo de aparatos cuentan con un sofisticado sistema de inteligencia artificial que les permite actuar de forma autónoma e identificar por sí mismo los objetivos, incluyendo a humanos, lo que evidentemente tiene un alto riesgo porque las máquinas también se pueden equivocar y hay posibilidad de que haya una confusión y elijan a un civil en lugar de un soldado enemigo.
El STM Kargu-2 fue diseñado por la empresa Defense Technologies Engineering and Trade Inc, en 2019, luego de que en 2017 apareció la primera generación. Tiene un peso de siete kilos, puede permanecer en vuelo hasta por media hora y alcanzar una velocidad de 145 km/h y, obviamente, está equipado con armas de fuego cuyo potencial es letal.
Los convoyes logísticos y las fuerzas afiliadas a Haftar en retirada fueron posteriormente perseguidos y atacados a distancia por vehículos aéreos de combate no tripulados o sistemas de armas autónomos letales como el STM Kargu-2 y otras municiones de merodeo. Los sistemas de armas autónomos letales se programaron para atacar objetivos sin requerir la conectividad de datos entre el operador y la munición: en efecto, una verdadera capacidad de ‘disparar, olvidar y encontrar’. Los vehículos aéreos de combate no tripulados y la pequeña capacidad de inteligencia, vigilancia y reconocimiento de drones con que cuentan las fuerzas afiliadas a Haftar fueron neutralizados mediante interferencia electrónica gracias al sistema de guerra electrónica Koral.
-Informe del Consejo de Seguridad de la ONU
No hay duda de que el futuro ya nos alcanzó.