Después de más de 30 años de estar presentes en el mercado, el 4 de enero de 2022 despedimos a los dispositivos BlackBerry, así como a sus servicios. El anuncio de la suspensión de los servicios se dio en septiembre de 2021, fecha en que la empresa canadiense prevenía a sus clientes de los cambios.
Software como BlackBerry 10, BlackBerry PlayBook OS 2.1, así como versiones anteriores ya no estarán disponibles ni recibirán actualizaciones. Mientras que los servicios heredados de internet como BlackBerry Link, BlackBerry Desktop Manager, BlackBerry World, BlackBerry Project y BlackBerry Blend estarán limitados. Además, podrían verse afectados el uso de datos móviles, SMS, llamadas y la funcionalidad del 911. Sin embargo, otros dispositivos de BlackBerry que funcionan con un sistema operativo Android no tendrán mayores complicaciones.
Es importante ver a BlackBerry como una marca que ayudó a posicionar el mercado de la telefonía móvil y los teléfonos de consumo. La compañía canadiense innovó con dispositivos capaces de enviar y recibir correos electrónicos y fueron los primeros a los que señalaban como “inteligentes”. Pero ni la popularidad pudo salvar a la empresa de una caída por la preferencia de otros sistemas y teléfonos, como el iPhone y los dispositivos con Android.
BlackBerry a través del tiempo
Antes de ser Blackberry, la empresa era conocida como Research in Motion o simplemente RIM. Esta fue fundada por Mike Lazaridis y Douglas Fregin con el objetivo de comercializar un sistema para transmitir información a una TV de manera inalámbrica. Pero fueron las redes de datos inalámbricas lo que catapultaron a RIM a las nubes. Después se creó RIMGate, el precursor de lo que conocemos como BlackBerry Enterprise Server (BES).
Pero no fue hasta el 2000 que el RIM 957 salió a la luz, aunque tuvieron que pasar un par de años para la integración del servicio de mail de Blackberry. A pesar de que otras compañías como Nokia, Sony Ericsson y Palm eran las líderes en los mercados de los asistentes personales digitales (PADs), las cosas cambiaron en 2002 con el lanzamiento de la BlackBerry 5810, pues era el primer dispositivo de RIM que soportaba GSM y GPRS.
Los ojos de los consumidores abiertos a la telefonía móvil veían en BlackBerry una marca confiable, aunque siempre con un corte ejecutivo. Sin embargo, un cambio radical haría que las personas quisieran tener un BlackBerry en sus manos. Después de varios populares modelos, en 2005 se lanzó la serie 8700 con un teclado físico. RIM tenía grandes competidores, pero lideraba el mercado por su innovación.
Punto de quiebre
Las ventas iban bien para RIM; 2006 fue el año para el BlackBerry Pearl y el BlackBerry Curve, buenos dispositivos, altamente comerciables y con el mítico teclado QWERTY. Pero en 2007, el mundo conoció el iPhone de Apple. Este celular fue la revolución en los teléfonos inteligentes y el que cimbró un soporte para el resto de dispositivos con pantalla táctil.
RIM confiaba en que los usuarios no dejarían el teclado físico y continuó con ellos hasta 2010. Sin una vista clara del nuevo movimiento del mercado y un aferrado apego a “lo que ya funciona”, RIM perdió una gran oportunidad y, poco a poco, se fue quedando atrás de Apple y Android, quienes con sus sistemas operativos, conquistaron un gran terreno en cuanto a dispositivos para el consumo.
La caída
La lucha no fue fácil. RIM contraatacó con el BlackBerry App World, su propia tienda de aplicaciones con el que recuperó cancha, cerrando con el tercer trimestre de 2009 con el 20.8 por ciento del mercado. Pero Apple no se quedaría atrás y con el iPhone 3G lanzado en 2008 ya era indiscutible la preferencia por este smartphone. Motorola también dejó en claro que podía hacer buenos dispositivos y lanzó el Motorola Droid, con pantalla táctil y teclado físico que se podía ocultar. Lo mejor de dos mundos.
Este fue un golpe del que RIM no se pudo recuperar fácilmente, tal vez fue uno de los que lo dejó abajo. A pesar de la salida de más teléfonos inteligentes y una tableta, el éxito de RIM parecía haber quedado en el pasado. Vinieron nuevos modelos, pero en 2013, la empresa comenzó a acumular pérdidas considerables. Necesitaban una reestructuración.
El 2013 fue un año duro para RIM. La empresa cambió de nombre a BlackBerry, pero sus ventas bajaron drásticamente, por lo que anunció que sus dispositivos ya no verían la luz ni estarían en las estanterías. Una vez destacada por la innovación, ahora era enterrada por nuevos visionarios del mercado. Por ello decidió enfocarse en lo que en verdad sabe hacer: software y servicios para empresas.