En el área metropolitana de Nuevo León, México, cada vez es más frecuente los avistamientos de osos negros y el encuentro de los mamíferos con humanos. Esto responde a la expansión del área urbana que ha afectado el hábitat natural de los osos, quienes, en su búsqueda de alimento, bajan a la ciudad. En las últimas semanas hemos informado de los avistamientos en la “tierra de osos”.
Las autoridades de Medio Ambiente de Nuevo León han sido insistentes en las reglas básicas de convivencia con estos animales. El gobierno pide a la ciudadanía no acercarse, no alimentarlos, así como no intentar tomarse fotografías junto a ellos, ya que, a pesar de que algunos pueden estar más acostumbrados a la presencia humana, no dejan de ser animales salvajes.
El titular de la Secretaría de Medio Ambiente de Nuevo León, Alfonso Martínez Muñoz, compartió en las redes sociales de la dependencia un video donde una mujer regiomontana alimenta a un oso con pay que ella misma horneó. El servidor público puso el hecho como ejemplo de lo que se debe de evitar hacer. Además, sugiere que la mujer podría tener consecuencias legales y que podría terminar en la cárcel.
De acuerdo a la información, los hechos ocurrieron en el área de Mederos, al de sur la ciudad de Monterrey, Nuevo León, México. En el video, se escucha la voz de la mujer llamando al oso “gordi” con una voz aniñada, como si tuviera una familiaridad con el animal. De la misma manera le pregunta si le gustó el postre y admite que se lo horneó con amor.
Los osos que están condicionados a que los alimentemos, en ocasiones, buscando alimento, pueden atacar a los seres humanos y cuando eso sucede, quién paga las consecuencias es finalmente el oso.
—Alonso Martínez Muños, secretario de Medio Ambiente de Nuevo León
Una de las razones para no alimentar a los osos es por la afectación a sus hábitos de alimentación, en los que, generalmente, buscan comida por grandes extensiones de áreas. Al tener un sitio seguro en la ciudad en donde se les alimenta, será más frecuente sus visitas al área urbana, poniendo en peligro a los ciudadanos y la propia seguridad del oso.
Martínez Muñoz indicó que este acto de bondad en realidad es un acto de crueldad animal, pues quien resulta afectado no es la persona, sino el oso. Además, añadió que es una especie en peligro de extinción y su daño está tipificado en el Código Penal de la Federación.
En los comentarios de la publicación de la Secretaría, las personas criticaron el manejo de la situación. Si bien es evidente que la mujer alimentó irresponsablemente al animal, la presencia del oso se debe a la invasión de su hábitat natural, que es autorizada por el gobierno en la concesión de terrenos y permisos de construcción.