Una tortuga galápago salvó a su especie de la extinción al tener más de 800 crías, gracias a su empuje sexual. La super-tortuga se llama Diego, tiene 100 años y seis hembras. Sólo (y con las hembras, claro) pudo recuperar de la extinción a su especie…
El sex symbol de las galápagos resucitó a la especie Chelonoidis hoodensis, a sus más de 100 años de edad, se apareó con las seis hembras con quienes convive en un corral.
“Es un macho reproductor sexualmente muy activo. Ha contribuido enormemente a la repoblación de la isla”, dice Washington Tapia, asesor del Parque Nacional Galápagos (PNG).
Diego vive en Puerto Ayora, capital de la isla Santa Cruz, en el Océano Pacífico, a unos 970 km de la costa de Ecuador. Originalmente vivía en Estados Unidos, y desde 1976 fue repatriado a su lugar de origen. Este ejemplar es el macho alfa de tres machos reproductores en La Española.
Diego, a quien se refieren como el “macho 3”, pesa unos 80 kilos y si estira bien las patas mide 1.50 metros de alto. Hace 50 años sólo quedaban dos machos y doce hembras de la especie.
“Estaban dispersos por toda la isla, con lo cual era imposible que se pudieran reproducir”, afirma Tapia.
Diego es padre del 40% de las crías:
“Hasta hace unos seis años atrás, que hicimos un estudio genético, encontramos que él era el padre de casi el 40% de las crías repatriadas a Española”, indicó Tapia.
Alrededor de 2 mil quelonios han sido devueltos a Española, lo que permitió que los Chelonoidis hoodensis dejaran de estar en peligro de extinción.
“No diría completamente saludable, porque los registros históricos muestran que probablemente en esa isla habitaron más de 5 mil tortugas, pero es una población que está en bastante buen estado, y en crecimiento, que es lo más importante”, señaló.