Cualquier aficionado al futbol sabe que la selección de Inglaterra es como el Cruz Azul de las ligas mayores, pues llevan más de medio siglo sin ser campeones de un título de selecciones. Han pasado 55 años desde que ganaron la copa del mundo frente a Alemania Federal con un marcador de 4 a 2 goles. A partir de entonces, la selección de los tres leones no ha logrado nada muy importante o se han quedado a medio camino en las competencias internacionales.
Por esta razón no es raro que este año la afición se haya volcado a los estadios durante la Eurocopa, en donde la selección inglesa fue superando de manera heroica a equipo tras equipo. Pero la cumbre del fanatismo se encarnó en Nina Farooqui, de 37 años, quien se reportó como enferma en su trabajo para asistir al partido de semifinales entre Inglaterra y Dinamarca que se celebraría en el estadio de Wembley. Un duelo digno de cualquier obra shakesperiana.
Nina Farooqui decidió faltar a su trabajo después de que una amiga ganara boletos en una rifa de su empresa y la invitara a asistir junto a ella. Farooqui no podía rechazar la oferta, después de todo, la última gran final del equipo había sido hace hace muchos años, en la copa del mundo de 1966.
La aficionada del equipo inglés creyó que su plan sería infalible, pues se confundiría entre los más de 60 000 espectadores que asistieron al estadio y sería imposible de hallar. Sin embargo, su euforia tras el gol de Harry Kane llamó la atención de los camarógrafos y fue tomada in fraganti con la cara pintada, envuelta en una bandera inglesa mientras se ahogaba en un grito apasionado de gol junto a su amiga.
Las reacciones no se hicieron esperar y empezó a recibir mensajes de sus compañeros de trabajo que le avisaban que había salido a cuadro en la televisión. Al día siguiente, Farooqui se presentó a trabajar como si nada hubiera pasado, pero su jefe la llamó antes de que ocupara su escritorio para despedirla.
Charles Taylor, director de la compañía Composite Prime, argumentó que entendía la pasión de Farooqui y el pueblo inglés en general. Además, dijo que entendía que la situación era especial, pero que Farooqui había mentido para lograr ir al partido sin perder su día laboral, por lo tanto, eso le había generado una sanción que se castigaba con el despido.
Como empresa, valoramos la honestidad y la integridad, y no toleramos que ningún empleado se aproveche de nuestras políticas.
Taylor fue directa con ella, y Farooqui entendió la falta que había cometido. La aficionada al futbol se declaró algo arrepentida pero a la vez muy contenta de haber asistido al partido:
Hay un poco de arrepentimiento, nadie quiere que lo despidan, pero también habría odiado el arrepentimiento de perderme un evento así. Lo volvería a hacer.
A pesar de su despido, ha recibido el apoyo incondicional de sus amigos y compañeros, además de varias ofertas de empleo en distintos sitios. Al menos Farooqui tendrá una anécdota que contar para toda la vida. Desafortunadamente, Inglaterra acaba de perder la final contra Italia, pero ánimo, que no decaiga la esperanza, si el Cruz Azul pudo, en algún momento Inglaterra también logrará volver a la senda del triunfo. Después de todo, para aficionados como Farooqui duele más una derrota futbolística que un despido.