Pero no se alarmen, no es ese Oscar que se ganó con la actuación de The Revenant; ese que le costó mucho y a nosotros también: noches de preocupación, veladoras encendidas y mandas religiosas para que, por fin hubiera #UnOscarParaLeo.
No, la estatuilla que regresará es la que originalmente ganara Marlon Brando en 1955 por su actuación en On the Waterfront, y que llegó a las manos de DiCaprio como regalo de Red Granite Pictures, productora de la película Wall Street Wolf, misma que ahora está envuelta en una presunta desviación de fondos procedentes de Malasia.
Esta estatuilla formaría parte de una subasta benéfica que realizaría la fundación medioambiental del actor, pero al enterarse de que, es posible que el Academy Award hubiera sido adquirido de manera sospechosa, decidió colaborar con la policía americana y entregarlo. Sobre este punto, sus representantes mencionan en un comunicado que:
Ha devuelto el Oscar originalmente ganado por Marlon Brando que le fue entregado a DiCaprio como regalo de Red Granite Pictures para agradecerle su trabajo en El Lobo de Wall Street.
Como lo oyen, el Oscar que ganó Leo en el 2016 no fue el primero que el actor sostuvo entre sus manos, pues ya tenía el de Brando en su poder desde que hizo la película de El Lobo de Wall Street.
Pero decidió entregarlo, después de que en julio pasado las autoridades americanas empezaran las investigaciones y el proceso de demanda en contra de la compañía cinematográfica, por las sospechas de malversación de fondos públicos por el desarrollo de malasia, llamada 1Malaysia Development Berhad (1MDB).
Desde que inició la investigación, el actor se ha mostrado bastante cooperativo con la justicia, a pesar de que era amigo del empresario malasio Jho Lowel, que fue acusado por desviar 400 millones de dólares en un supuesto fraude, muy al estilo del Lobo.
Sobre el asunto Leonardo ha mencionado:
Cualquier donación sospechosa será devuelta.
Y así lo ha hecho hasta el momento, pues por fin ha iniciado el trámite de devolución del Oscar, además de dos cuadros de Picasso y Basquiat y una fotografía original de Diane Arbus, que se sospechan que la empresa On the Waterfront compró con fondos ilegales.