“¿Y cómo son las fiestas de tus amigos? Pues en horario laboral y en el hospital”. Una quinteta de doctores fue sorprendida mientras armaba una fiestita en el hospital “Adolfo López Mateos” del ISSTE, en la alcaldía Álvaro Obregón, en la Ciudad de México, por lo que fue puesta a disposición de las autoridades.
Los involucrados en esta operación de garganta, según lo informado por el reportero Carlos Jiménez, fueron tres médicos residentes y dos doctores de planta, quienes se compraron unas pizzas, papitas, bebidas energizantes y un pistito, como diría el buen Lenon; es decir, un buen combo arranca pedas, de esas combinaciones que ponen el ambiente.
https://twitter.com/c4jimenez/status/1573422407641096195
Todos entendemos y conocemos la presión a la que suelen estar sometidos los médicos en instituciones como el ISSTE, sobre todo los residentes, pero el acto es reprobable, pues hay otras maneras de relajarse que no implican el desahogo con el alcohol, ya que cualquier emergencia que surja no podría ser atendida.
Según mencionan algunos medios, en su borrachera, los médicos rompieron un cristal del edificio, lo que llevó a que fueran reportados con la policía, quien llegó hasta el interior del hospital para poner orden y llevarse a los especialistas al otro panóptico, es decir, al torito.
https://twitter.com/c4jimenez/status/1574545386949197824
En el video se muestran los restos de comida, latas y envolturas que dejaron los doctores tras su bacanal. En realidad, el pasillo donde estaban festejando era muy angosto y dejaron sucio todo el lugar. Además, se puede apreciar que hicieron uso de mobiliario del hospital como mesas.
Estos cinco médicos han sido suspendidos temporalmente y también se les ha levantado un acta administrativa debido a su comitiva. Seguramente no son los únicos que hacen estas cosas, en todos los hospitales y trabajos pasa, lo que es reprobable, pero debería ponernos a pensar en el modelo de trabajo que llevan los residentes y doctores de los hospitales, así como la violencia sistemática a la que son sometidos, donde pueden pasar hasta una semana sin salir ni descansar, sin otra opción más que llevar su vida personal dentro de las instalaciones.
