Finalmente nos acercamos al final de la pandemia por covid-19, pero el conflicto entre Rusia y Ucrania continúa, el cambio climático sigue siendo uno de los mayores desafíos a nivel global y la pobreza e inseguridad están a la orden del día. Pero, como antídoto para todas esas cosas malas, están las conmovedoras historias con un final feliz que suelen alegrar nuestro día. Por ejemplo, aquellas en las que completos extraños intervinieron en una situación y terminaron salvándole la vida alguien, como la protagonizada por Brian “Red” Hamilton y una chica.
La historia comenzó en un estadio de hockey, en la ciudad de Vancouver, Canadá, el pasado noviembre, durante el primer partido en casa del Seattle Kraken. Los Vancouver Canucks estaban en la ciudad y el gerente asistente del equipo, Brian “Red” Hamilton, se encontraba detrás de la banca, como de costumbre, listo para actuar ante cualquier problema de equipamiento que pudiera surgir en el partido. Sin embargo, no tenía idea de que esa noche cambiaría su vida para siempre.
Le salvó la vida sin conocerlo
Detrás de Hamilton, en la primera fila de asientos detrás del banquillo de los Canucks estaba sentada Nadia Popovici, una fan de los Kraken, ansiosa por animar al equipo en su primer partido en Seattle. No sabemos cómo, pero de alguna manera, en medio de toda la emoción del juego, “la vista de águila” de Popovici detectó un lunar de aspecto muy sospechoso en la nuca del técnico.
Popovici, quien está por ingresar a la escuela de medicina y ha sido voluntaria en hospitales durante mucho tiempo, reconoció los signos del melanoma tan pronto como vio el lunar de Hamilton.
El lunar tenía un gran diámetro, decoloración, estaba elevado y tenía un borde irregular.
Después de debatir cómo hacérselo saber, pues entre tanto bullicio parecía algo imposible de lograr, la audaz chica tuvo la grandiosa idea de escribir el mensaje en la aplicación de notas de su teléfono. Amplió la fuente, resaltó palabras clave como “cancerígeno”, “médico” y “lunar” y tan pronto como se presentó la oportunidad de captar la atención de Hamilton, golpeó el cristal, levantó su teléfono y esperó a que él entendiera el mensaje.
Disculpa, pero puede que el lunar que tienes en el cuello sea cancerígeno. ¡Por favor, ve al médico!
Su vida estaba en “extremo peligro”
Hamilton reaccionó desconcertado y con preocupación ante la alerta de la aficionada, así que acudió al médico, quien le informó que se trataba de un melanoma maligno tipo 2, lo que significa que aún no había penetrado en la piel y podía eliminarse de manera segura sin mayor problema. Sin embargo, de no haber acudido al médico a tiempo, podría haberse vuelto extremadamente peligroso, así que le fue extirpado de inmediato.
En una entrevista con el Seattle Times, Hamilton dijo que Popovici lo había sacado “de un fuego lento” al alertarlo sobre el peligro potencial.
Las palabras que salieron de la boca del médico donde si ignoraba eso durante cuatro o cinco años, no estaría aquí.
Una vez que le quitaron el lunar y le dieron el visto bueno, Hamilton se dispuso a buscar a “su ángel de la guarda” para agradecerle la advertencia. A través de la cuenta de Twitter de los Vancouver Canucks, se difundió una carta en la que el asistente pide el apoyo de la comunidad del hockey para localizar a Popovici y poder agradecerle personalmente por “haberle salvado la vida”.
El mensaje se compartió por todas partes a través de #HockeyTwitter y en tan solo unas horas, la mamá de la chica respondió a la publicación con singular alegría, dando pauta a la emotiva reunión entre Hamilton y su “heroína”.
La perspicacia y nobleza de Popovici fueron recompensadas
Casi tres meses después, y tras la difusión en redes sociales, Nadia Popovici y Brian Hamilton se reencontraron en el primer juego de la NHL de los Canucks, con un conmovedor abrazo de Brian y emotivas palabras de agradecimiento por “haberle salvado la vida”.
Entiendo que soy parte de la historia, pero ella necesita saber que ella es la historia. Ella es la persona que hizo esto. Ella me salvó la vida…Ella necesita saber que sus esfuerzos fueron válidos y prosperaron.
Por si fuera poco, el equipo de hockey le regaló a Popovici una beca de ¡10 mil dólares! para su carrera de Medicina. Qué gran gesto del equipo para premiar la noble y perspicaz acción de la joven.