El cuerpo humano sigue siendo un maravilloso universo en miniatura que los médicos y científicos siguen explorando y encontrando en él nuevos hallazgos. El más reciente fue de unas glándulas en la cabeza que no se sabía que poseemos.
Un grupo de oncólogos del Instituto del Cáncer de los Países Bajos seguían los protocolos de rutina para examinar la propagación del cáncer, e inyectaron una solución de glucosa radioactiva a un paciente. Esa sustancia se ilumina cuando se hace una tomografía con emisión de positrones, y los médicos quedaron asombrados al notar que dos áreas en la cabeza se iluminaron.
Nunca habían visto esas áreas en otras tomografías, y decidieron realizar el mismo procedimiento de escaneo en otros 100 pacientes. En todos encontraron esas nuevas áreas iluminadas, y después de analizarlas se dieron cuenta de que eran glándulas salivales nunca antes vistas.
Se sabía que los seres humanos contamos con tres grupos principales de estas glándulas: las parótidas, submandibulares y sublinguales, sin embargo las recién descubiertas se ubican detrás de la nariz y encima del paladar, cerca del centro de la cabeza, y las llamaron glándulas tubarias.
Al parecer cumplen la misma función que las demás glándulas salivales, es decir, producir el líquido necesario para el funcionamiento de todo el proceso digestivo. Existen cerca de otras 1,000 de estas glándulas en la cavidad oral y el tracto aerodigestivo, pero son demasiado pequeñas en comparación a las tubarias recién encontradas.
Hasta donde sabemos, esta estructura no se ajustaba a las descripciones anatómicas anteriores. Se planteó la hipótesis de que podría contener una gran cantidad de acinos seromucosos, con un papel fisiológico para la lubricación y la deglución de la nasofaringe/orofaringe.
– Wouter Vogel, radioterapeuta
El descubrimiento fue revelado en un artículo de la revista Radiotherapy and Oncology, y posteriormente se hicieron otros estudios con 723 pacientes para confirmar que el exceso de radiación en las glandulas tubarias está involucrado a los malestares que sufren los pacientes oncológicos después de sus terapias.
Ahora según Wouter Vogel el siguiente paso es crear nuevos métodos de terapia con radiación que no sean agresivos con estas glándulas descubiertas, y esto podría mitigar la sensación de sequedad causada por la medicación, llamada xerostomía, y las dificultades para ingerir alimentos o bebidas, llamada disfagia, que desarrollan los pacientes con cáncer.