No cabe duda de que en ocasiones solo hace falta un pequeño empujón o unas palabras de aliento para transformar la vida de una persona, como es el caso de Ed Martell, quien después de estar en prisión por tráfico de drogas ahora es un flamante abogado debido a las palabras del juez que llevó su caso, con quien se reencontró en el juzgado, pero ahora en una posición muy diferente.
Cuando Ed tenía 27 años estaba involucrado en varias situaciones criminales, por lo que fue a parar a la corte, donde estuvo frente al juez del condado de Wayne, Michigan, Bruce Morrow. Todo parecía indicar que pasaría una buena temporada tras las rejas. Sin embargo, de forma inesperada, todo dio un giro que le cambió la vida a este hombre, quien 16 años después se reencontró con el juez.
Resulta que durante el juicio, el juez Morrow solamente le dio una condena de tres años en libertad condicional, cuando Ed esperaba que fueran años en prisión. Además, le dijo algo que le cambió la vida: “lo reto a que haga algo mejor con su vida”. Parece demasiado simple, pero ese reto llegó en el momento indicado y fue el incentivo que Ed necesitaba para esforzarse y convertirse en un abogado.
Fui víctima de mi entorno, supongo que podría decir, y luego se convirtió en una costumbre. Empecé a andar con la gente equivocada, me enredé con la cultura de las drogas.
-Ed
Ed estaba seguro que quería ser abogado, pues dice que del lugar del que viene, las personas crecen conociendo solo a abogados, ya que su infancia y juventud no fueron fáciles, pero afortunadamente enderezó su camino, terminó sus estudios hasta el bachillerato en el Colegio Comunitario del condado de Wayne y luego se graduó como abogado en la Universidad de Detroit-Mercy.
Es como muchas otras personas que se nos presentan. Son talentosos, son brillantes, tienen habilidades y destrezas que, si no buscaras mejorar su vida y conectarte con ellas, solo verías a la persona y la ofensa que se les imputa.
-Juez Morrow, luego del encuentro con el abogado Ed
El juez también comentó que no fue una casualidad que Ed haya llegado a su juzgado cuando era un delincuente, porque las casualidades no existen, sino que fue un encuentro para que él tratara de ayudarlo y para que el ahora abogado se diera cuenta de que era necesario empezar a andar por un nuevo camino. Ahora ambos han visto el resultado de sus acciones. Increíble.