Caballeros, alguna vez les hablamos de artistas que usan su don para hacer el bien o para mejorar la vida de los demás. En la lista tenemos los nombres de Benjamin Lloyd, un aerógrafo conocido por ir a hospitales y levantar el humor de los chicos con su arte. O qué me dicen de Ryan Kelly, un artista del tatuaje que ofrece tatuajes gratis a personas que quieran cubrir las heridas de autoflagelación por depresión. El día de hoy añadiremos un nombre más a la lista: Dave Cutlip.
Dave es el dueño de un local llamado Southside Tatto en Maryland, Estados Unidos. Su nombre es muy sonado y ha cubierto las cabeceras de distintos periódicos y noticieros por ofrecer tatuajes gratis. Pero estos no son cualquier tatuaje; el pequeño local ha decidido ayudar a la comunidad cubriendo tatuajes racistas o relacionado con pandillas.
“Todo comenzó después de que alguien se presentara en mi local y me pidiera remover los tatuajes de una pandilla de su rostro. Veía su dolor, pero no pude ayudarlo”.
Sin embargo, la historia de esa persona impulsó a Dave y a su esposa Beth a abrir una campaña de recaudación de fondos para ayudar a cubrir tatuajes de personas que quisieran dejar atrás su pasado pero no contaran con el dinero suficiente. Para su sorpresa, la campaña fue todo un éxito, la noticia pronto se volvió viral y gracias a ello Dave ha ayudado a muchas personas.
La publicación decía algo muy cierto: “a veces las personas toman malas decisiones y a veces las personas cambian”. Esta frase es una realidad para Dave, pues ha visto como su trabajo cambia por completo a la persona.
“Los medios me preguntan cuál ha sido el trabajo más memorable que he hecho. Para ser honesto, todos han sido memorables. Creo que todas estas personas en realidad no eran racistas. Creo que muchos lo hicieron para sobrevivir en algún lugar, en cierto momento de sus vidas”.
El proceso de selección para recibir un tatuaje gratis es riguroso para los Cutlip. “No se imaginan cuantos tatuajes racistas existen en América”, dice Beth, pero aclara que Southside da prioridad a las personas con tantuajes en su cara, cuello y antebrazos, pues son a quienes más se les dificulta encontrar un trabajo.
“Seleccionamos a nuestros clientes, y los investigamos, pero es porque queremos estar seguros de que merecen la ayuda. No voy a cubrir algo sólo para que la persona vaya y pinte ‘Odio a los judíos’ en una pared. No voy a ayudarte. No quiero ser parte de eso”.
Y aunque no comenzaron esto como una campaña publicitaria, los Cutlip no pueden negar que sus buenas acciones les están atrayendo fama, aunque eso poco les importa. “Me gusta enfocarme en las personas a las que estamos ayudando, porque esto se trata del cambio positivo que están haciendo estas personas”, aclaró Beth.
Y como ejemplo tenemos a Randy Sturgill, un joven de 28 años que estuvo en la cárcel por robar un banco hace casi 10 años y se le sentenció a ocho años en prisión. Estando ahí, mató a un hombre y fue enviado a confinamiento solitario por 18 meses. Una vez que salió, un grupo de personas se acercó a él y lo invitaron a formar parte de su fraternidad aria.
Durante su tiempo como pandillero recolectó un gran número de tatuajes como evidencia, y tiene gran parte de su cuerpo cubierto; sus brazos, cara, torso y espalda. No lleva la cuenta de ellos, pero puede asegurar que al menos nueve de ellos se relacionan con el racismo.
“Renuncié a las drogas. Dejé de venderlas. Intento no pelear. Esto es algo que debo hacer. Cubrir mis tatuajes le pone fin a un periodo de mi vida que quiero dejar atrás”.
Como el caso de Randy hay muchos, así que la lista de espera es larga, pero los Cutlip esperan llevar su proyecto a varios estados, y por qué no, al mundo entero. Por lo pronto, su campaña en GoFoundMe sigue creciendo, y Dave dice amar lo que hace y en el camino ayuda a otros.