Con una apariencia ruda y de pocos amigos, los motociclistas en EU han sido considerados una tribu urbana poco amigable, delincuente y hasta desastrosa con su entorno, pero las cosas vienen cambiando; y hoy no te imaginarías que se encuentran apoyando a niños víctimas del bullying o abuso infantil.
En la Unión Americana cada vez está llamando más la atención BACA (Motociclistas contra el Abuso Infantil Internacional, por sus siglas en inglés), una organización creada para dar un entorno más seguro a los niños maltratados.
Nunca te imaginarías que son un equipo de rudos motociclistas, pero que no están metidos en peleas o delincuencia, tal como se concibe el estereotipo de este tipo de pandillas, sino que ayudan y protegen a los niños víctimas de bullying para que pierdan el miedo al mundo en que viven.
Por ejemplo, estos motociclistas ayudan a un niño que debe ir a un juicio por abuso infantil escoltándolo a los tribunales para que no tenga miedo. En su proceso de dolor y trauma lo acompañan con el propósito de que se sienta respaldado y tenga el coraje y fuerza para superarlo.
Al final estos miembros de BACA utilizan su imagen para darle protección a niños que se sienten indefensos.
Uno de sus gestos que más ha llamado la atención es lo que hacen con un oso de peluche que le entregan a un niño víctima de bullying:
“Si se convierten en un niño BACA, parte de la ceremonia es que todos, todos estos motociclistas que se colocan alrededor, tomamos este oso de peluche y le damos un abrazo con el fin de decirle al niño que estamos llenándolo con valor y amor. Y si alguna vez se vacía o que alguna vez nos necesitan que volvamos de nuevo, vamos a ir y llenarlo de nuevo”.
BACA se organiza con una persona de contacto central para recibir llamadas de agencias de referencia y de individuos que solicitan ayuda ante un niño que está siendo maltratado. Luego llega a sus casas, les da a los niños un paseo en moto y les regala un chaleco para que se sientan uno más del grupo, como si fueran su familia. También le regalan calcomanias, pañuelos, etc. y el niño es libre de querer utilizarlos o no.
A raíz de este contacto inicial, al niño se le da el nombre y número de dos miembros BACA que residen geográficamente más cercanos a ellos. Los motociclistas se ponen en contacto con agentes estatales que le dan información sobre antecedentes ocurridos con estos niños.
El niño puede recurrir a estos motociclistas para que vayan a su casa y le proporcionen la tranquilidad necesaria para sentirse seguro y protegido.
En este video puedes observar a unos tipos rudos, que si te los encuentras en la calle tratarías de evitar, pero cuando escuches sus experiencias te darás cuenta que son unos ángeles tatuados.
https://youtu.be/GFJBFuPiw6s