La enorme popularidad alcanzada por la serie de El juego del calamar alcanzó también el mundo de las criptomonedas, pues hace unos días surgió SQUID (el nombre de la serie en inglés es Squid Game), una moneda virtual que serviría para acceder a un videojuego de la serie y, como en ella, ganarse una fuerte suma de dinero.
La idea era que compraras estas monedas para pagar una cuota de inscripción a un juego online. Los desarrolladores del juego se quedarían con el 10 por ciento de la cuota y el resto iría a una bolsa que sería el premio del ganador. Además, conforme avanzaras en los retos, deberías ir pagando un poco más para seguir.
Este tipo de criptomonedas son conocidas como play-to-earn (juega para ganar), donde compras tokens para jugar y así ganar más tokens, con la posibilidad de que los puedas cambiar por otras criptomonedas o por dinero común. Para los gamers, esta es una buena manera de divertirse y generar ganancias.
Dependiendo de las rondas que se jueguen, se incrementa el precio. Por ejemplo, en la ronda uno, que es el juego de Luz verde, Luz roja, deberías pagar 456 squids. El siguiente reto tendría un costo mayor y así sucesivamente hasta llegar al final, “sin consecuencias mortales”, como aparecía en tono de broma en la página oficial de esta moneda: Squidgame.cash.
Así como la serie ha tenido un enorme éxito, la criptomoneda alcanzó altos niveles de ganancias a las primeras horas de su lanzamiento. Comenzó con un valor 0.01 dólares y en tan solo tres días, su valor ya era de 6.27 dólares, lo que representó un aumento de 60 000 por ciento.
En tan solo 72 horas había alcanzado una capitalización de mercado de 184 millones de dólares y CoinMarketCap, especialistas en dar seguimiento al valor de las criptomonedas, la ubicó entre las que tuvieron mayores ganancias diarias. Todo parecía un éxito rotundo, como la serie, pero la cuestión no es llegar, sino mantenerse…
Ya habían aparecido algunas señales de alerta, como que varios inversionistas comenzaron a quejarse porque no podían cambiar sus squids por otras criptomonedas o dinero de uso común, incluso un usuario aseguró que había invertido 7500 dólares y ahora estaban “congelados”, pues no podía hacer transacciones.
Esta criptodivisa se une a una larga y creciente lista de monedas y tokens digitales que se aprovechan de memes aleatorios o fenómenos culturales. Sorprendentemente, muchas de estas monedas atraen rápidamente la atención de los inversores, lo que lleva a valorizaciones salvajemente infladas. Los inversores minoristas ingenuos que se dejan atrapar por estos frenesíes especulativos se enfrentan al riesgo de sufrir pérdidas sustanciales.
-Eswar Prasad, economista de la Universidad de Cornell
De pronto SQUID se convirtió en una locura, al alcanzar un precio de 2861 dólares, algo de verdad increíble, sobre todo por la rapidez con la que lo alcanzó. El premio se estimaba en unos 15 000 squids, lo que a ese precio equivaldría a 42 000 000 de dólares. Algo muy atractivo.
Pero así como llegó la gloria, se fue, porque el precio se desplomó hasta cero, hasta no valer absolutamente nada, dejando a quienes ya habían invertido, con grandes pérdidas, ya que tampoco pudieron cambiar sus criptomonedas cuando tenían un precio alto, así que para muchos, esto se puede considerar un fraude.
Los desarrolladores de la criptomoneda permanecieron anónimos en todo momento y luego de esta enorme caída en el precio, la página y la cuenta de Twitter han quedado inactivas, lo que obviamente desató más rumores de fraude, porque el juego online comenzaría en noviembre y tampoco sucedió.
Cuando las criptomonedas tienen dificultades para poder cambiarse, pierden valor y en este caso fue lo que sucedió. Además, se estima que los creadores de todo esto habrían obtenido 2.1 millones de dólares en ganancias, cantidad que los inversionistas perdieron.