Uno de los autos norteamericanos más bellos que hemos visto en la historia, sin duda, es el Corvette Stingray 64, con una exquisita combinación entre elegancia y potencia, y un buen toque de estilo.
Basado en el Jaguar Tipo E, el Sting Ray Racer de 1959 y de la mano de Bill Mitchell, diseñador de General Motors, se le dio vida a este increíble coche que sigue estando entre los deseos de millones alrededor del mundo, pero solo pocos lo han podido cumplir.
De verdad, una bellísima pieza de ingeniería.
Pero imagínate que a esta lindura le das una “arregladita” y le añades potencia… ¡sería un sueño mayor!
Pues esto es posible gracias a Ares Design, una compañía en Italia que ha realizado varios proyectos de mejora de autos como este, y los resultados no pueden ser mejores.
La primera generación de los Corvette apareció en 1950, pero hasta 1963 llegó el Stingray, y desde entonces se convirtió en todo un icono. Ahora, esta empresa lo ha llevado a otro nivel.
Luego de 3,500 horas de trabajo, lo han dejado espectacular, con un chasis nuevo, con piezas y suspensión del Corvette C7, además de un sistema eléctrico completamente nuevo. Se le ha equipado también luces LED en los faros.
El interior se antoja como para pasar toda una noche ahí, con esa elegancia, comodidad y ese color pasional. Todo es piel cortada a mano y, en conjunto, es un trabajo artístico impecable.
Para el entretenimiento incluye un equipo de sonido Alpine de 500w y un subwoofer de 8 pulgadas.
Pero lo más impresionante es el motor: motor de acumulación LS3; transmisión manual de cinco velocidades y un sistema de escape de acero inoxidable completo, con tubos a través del chasis y salida en la parte trasera.
Con esto, la joya sesentera tiene además una potencia de 525 caballos de fuerza… ¿Qué más puedes pedir?