Mucho se dice de Corea del Norte y la forma en la que el gobierno mantiene un control extremo sobre sus ciudadanos: un país que se ha mantenido lo más lejos posible del resto del mundo y sus costumbres y ha establecido un sistema en el que se hacen las cosas a su modo, poniendo siempre en primer lugar a su líder máximo, el presidente Kim Jong-un.
Por todas partes se ha extendido el llamado k-pop, bandas asiáticas de jóvenes que cantan y bailan, como en su momento hacían los Backstreet Boys, pero ahora desde Asia. El gobierno norcoreano no ha podido mantenerse ajeno a este fenómeno y se permiten conciertos en el país, pero con algunas “diferencias” a lo que se ve en otros lugares.
Como podrás ver, los conciertos se realizan en honor de Kim Jong-un, cuyas fotos aparecen en pantallas gigantes en lugar de videos o fotos de la banda. Todo está centrado en el presidente, que sin estar ahí es el protagonista del evento y la banda es solo como un accesorio de estos espectáculos que resultan extraños para quienes no viven en Corea del Norte.
Además, el público está compuesto por militares, bien uniformados y aplaudiendo de forma mecánica, con un gesto duro, que es muy diferente a la espontaneidad del público que se vería en otros países. No sabemos si fue un evento especial para los miembros del ejército o simplemente los ciudadanos no están invitados a este tipo de “diversión”.
Por supuesto que las letras de las canciones también son para elogiar a Kim Jong-un porque, de hecho, el k-pop que conocemos está prohibido. El presidente lo ha declarado como un “cáncer vicioso” y a quien se descubra escuchándolo se le aplican penas severas, incluida la ejecución, como aseguran grupos contrarios al gobierno.
Sin duda es un régimen muy duro y casi impenetrable, aunque de pronto se filtran este tipo de situaciones que hay que analizar a detalle para entender si en realidad se trata de un control extremo hacia los ciudadanos, algo que sería lamentable porque no es posible vivir de esa manera.