Hay países cuya población supera su capacidad de territorio, y de ahí que muchos hayan tenido que expandirse a sus afueras o que, como Egipto, tengan que construir sobre edificaciones ya existentes, convirtiéndose en un caos urbano. Este país del Cercano Oriente hizo noticia en días pasados pues su gobierno dio luz verde a la construcción de una gran autopista. Cualquiera pensaría que esto es señal de prosperidad, pero la manera en que lo hizo ha dejado a muchos habitantes frustrados y molestos.
Como pueden ver, la construcción del puente Teraet Al-Zomor, también conocido como el Eje del Rey Salman, se encuentra muy cerca de varios edificios residenciales que hasta parece que son parte de la vía. Para poner las cosas en perspectiva, se dice que los extremos de esta carretera están a 50 centímetros de los edificios. Esto significa que la autopista está al alcance de la mano de los balcones de las personas. ¡Qué peligro! ¿Alguien quiere pensar en los niños?
No solo eso, el uso de esta carretera aumentará significativamente el nivel de contaminación, que de por sí ya es algo extremo en este país. Otra razón por la que los habitantes están molestos es que los pisos inferiores quedaron, literalmente, en la oscuridad y el puente cubre las fachadas de muchos negocios que prevén que les afecte sus ventas. A eso súmenle el ruido insoportable que tendrían que soportar los residentes.
El puente se encuentra en un eje en la gobernación de Giza, pasando por la calle Nasr El-Din en Al-Haram, El Cairo. Tiene 12 kilómetros de largo y hasta 65.5 metros de ancho. Se estima que costará alrededor de 5 mil millones de libras egipcias, poco más de 317 millones de dólares estadounidenses.
Y a todo esto, ¿qué impulsó al gobierno a planificar la carretera de una manera tan ridícula? Según medios de comunicación, el Ministerio de Vivienda de Egipto explicó que los cuatro edificios que están extremadamente cerca del puente fueron construidos ilegalmente, por lo que se está tomando en cuenta la posible demolición de los mismos y la compensación a los residentes que estarían perdiendo sus hogares y negocios.
Mohamed Fouad, miembro del Parlamento, ha estado presionando para que se reconsidere el proyecto de construcción, afirmando que no solo pone a los residentes en peligro a nivel físico y de privacidad, sino que también afecta directamente a las empresas situadas debajo de la carretera.
Sea cual sea la decisión final del gobierno, la autopista ya está muy avanzada como para considerar destruirla, por lo que seguro que no habrá de otra más que reubicar a los residentes de los edificios.