Nuestra realidad es esta: la violencia está omnipresente en nuestras vidas. Esa agresividad, la del padre contra el hijo y la pareja, la de la madre contra la vecina o el transeúnte, la del hijo o la hija contra los compañeros de clase o los maestros, la de los maestros contra sus estudiantes, puede parecer que es un fenómeno distinto, pero en realidad, ese odio latente se origina y fomenta durante nuestra educación.
Por ello el Congreso de la Ciudad de México aprobó reformas a la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad de México para prohibir los castigos corporales. La medida tiene como fin desalentar la agresividad contra los jóvenes, exigiendo que la violencia contra ellos sea investigada, perseguida y castigada conforme a la ley.
La medida
La iniciativa con proyecto de decreto aprobada agrega las fracciones XIV y XV al artículo 4 de la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad de México, recorriendo así a sus subsecuentes. Adiciona un tercer párrafo al artículo 43, agrega una fracción XI al artículo 44 y una fracción IX al artículo 102, recorriéndose en su orden los subsecuentes, todo esto en materia de prohibición de castigos corporales y fomento de medidas de disciplina no violentas.
En pocas palabras, ningún acto de violencia contra un menor (o vestigio de dicho acto) puede ser ignorado. En caso de presentarse la sospecha (o la prueba) de que un abuso físico está siendo o ha sido perpetrado contra algún menor, es obligación legal de todos hacérselo saber a la autoridad, para que se inicie una investigación, se llegue al fondo del asunto y se lleven a cabo las sanciones correspondientes.
¿Por qué es importante?
📌 #CongresoCDMX aprobó reformas a la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes CDMX para prohibir castigos corporales.
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— Congreso de la Ciudad de México (@Congreso_CdMex) February 22, 2022
Las niñas y los niños maltratados, abandonados, tienden a ser mayormente agresivos con sus familiares más cercanos y con sus compañeros en la escuela, esto deriva, años después, en violencia hacia la novia, la esposa, la pareja, etc. Es más probable que (esos jóvenes) desarrollen comportamientos antisociales y trastornos de identidad y dificultad (para enfrentar los problemas por la vía pacífica).
La presidenta de la Comisión de Atención al Desarrollo de la Niñez, Polimnia Romana Sierra Bárcena, expresó que:
El castigo y las humillaciones generan un círculo de violencia que debe parar, con la contribución de los tutores (padres o responsables) de niñas, niños y adolescentes, la sociedad y el estado.
Un mundo violento
75 por ciento de los menores entre dos y cuatro años de edad en el mundo (unos 300 millones de infantes) fueron ‘disciplinados’ de manera violenta en el hogar durante el último mes (1 de noviembre de 2017, Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF). La violencia contra los niños, desde un año de edad, es generalizada en los hogares, las escuelas y las comunidades en el mundo.
Cuando decimos “en el mundo”, suena a que es en un lugar lejano, pero durante la misma sesión del Congreso de la Ciudad de México en la que se aprobaron las reformas a la ley se reveló que en ese país se estima que seis de cada diez menores (60 por ciento de niñas y niños) reciben castigos corporales y humillantes en sus hogares a forma de “crianza”. En 2021, 1900 niñas y niños fueron asesinados a raíz de castigos y más de 11 mil niños ingresaron a hospitales por lesiones ocurridas en casa, provocadas por familiares. Ese mundo violento está aquí.
Prevenir la violencia
La prevención de la violencia empieza en la primera infancia, que es la época en que un entorno afectuoso y solícito puede ayudar a garantiza la salud, la nutrición, el aprendizaje temprano y el sentido de pertenencia de los niños: fomenta su autoestima y mejora su capacidad de enfrentar el estrés y la adversidad. Estudios científicos revelan que el cerebro se desarrolla más y lo hace más rápidamente durante los primeros 1000 días de vida que en cualquier otra etapa; es un momento crítico.
-UNICEF
La medida tomada en México por el congreso se perfila como un cambio para mejorar. Hasta la fecha, la violencia en la educación es una práctica aceptada en muchos estados del sur de los Estados Unidos y predomina donde se tienen los resultados educativos y económicos más pobres de nuestro vecino septentrional. Un alejamiento de esas costumbres retrógradas solo puede significar un paso adelante hacia una mejor educación y calidad de vida para todos, empezando por los jóvenes.