En otra de esas bonitas historias en las que la comunidad que habita las redes sociales se une para ayudar a alguien en problemas, llega un nuevo caso, ahora en Brasil, en el que una mujer hizo viral a un amoroso padre que invirtió lo que tenía para poner un puesto de comida y así cubrir los gastos familiares.
El problema es que este hombre no había vendido absolutamente nada, por lo que la tristeza y la decepción se apoderaron de él. No contaba con la ayuda que llegaría desde las redes sociales.
Esse homem da foto é meu pai, homem simples que já tentou de tudo nessa vida,
Já foi pedreiro, já tentou ser vereador kkk, já tentou ser famoso, já foi manteiro e até cobrador de ônibus. Infelizmente, nesse último emprego dele, ele foi despedido
E o último salário dele + pic.twitter.com/Et8JueTfys— @talia_cantora (@Na_telia) March 6, 2020
Su propia hija, Natalia, fue quien dio a conocer la situación por la que atravesaba este hombre, y compartió una desgarradora foto del pequeño negocio solo y él totalmente abatido.
De acuerdo a lo narrado por la chica, su padre ha sido albañil, intentó ser artista, concejal de la ciudad, guardia y también trató de ser coleccionista de autobuses. De su último empleo fue despedido, así que decidió invertir lo que le quedaba en montar este pequeño negocio de bocadillos.
Este hombre en la foto es mi padre, un hombre simple que ha intentado todo en esta vida.
—Natalia
Desafortunadamente no había vendido nada, así que su hija decidió compartir la imagen en Twitter y como hemos visto en otras ocasiones, el milagro sucedió.
De pronto decenas de personas aparecieron en el negocio y compraron los bocadillos. A decir de Natalia, cada 30 minutos tenían que estar rellenando las cestas de bocadillos y terminaron con todo lo que tenían para vender.
Por supuesto que esto hizo que le volviera el alma al cuerpo, como dicen por ahí, a su padre, pues ya sentía cómo se esfumaba lo que había invertido, y lo peor es que ya no le quedaba más.
La Plaza del Sosiego en Río de Janeiro se empezó a llenar de personas que buscaban este lugar, y a través de redes sociales llegaron ofrecimientos para distribuir los bocadillos, así como de alguien que apoyará haciendo un diseño para que el negocio tenga mayor presencia.
Por lo pronto ya tiene su cuenta en Instagram, y es que saben que las redes sociales sí funcionan.