Theo tiene cuatro años y es fan de los dinosaurios, así que le pidió a su padre que le comprara un “carnosaurio”, como el que aparece en la película Dinosaurio, de Disney.
Como buen padre, Andre Bisson quiso cumplir el deseo de su pequeño, pero tal parece que se confundió un poco y bueno, terminó con un enorme “juguete” de seis metros de largo.
La petición de Theo a su padre fue que le consiguiera el “carnosaurio más grande que hubiera visto”, y el hombre puso manos a la obra buscando en jugueterías y diversas páginas en internet, sin muchos resultados, hasta que la madre le compartió el enlace del Parque Tamba, en Jersey, Reino Unido.
Este parque temático justo se encontraba vendiendo algunos de los dinosaurios que adornaban el lugar, así que Andre pensó que era la oportunidad perfecta.
Los llamé de inmediato y tuve suerte, porque se habían inundado, así que me las arreglé para asegurar la compra. Pensé: “Este será el dinosaurio más grande que jamás haya visto”. Es un dinosaurio adolescente de tamaño real.
Cuando busqué en el sitio web pensé que tenía unos tres metros de largo y que se ajustaba muy bien a un lado de la bañera de hidromasaje y sería bastante divertido. No fue hasta que los muchachos de Channel Seaways, que hicieron un trabajo épico tratando de sacarlo de Jersey, me dijeron que no cabía en su camioneta, que pensé: “Guau, debe ser de unos seis metros”. Sabía que no encajaría en ningún lugar aparte de mi pequeño jardín.
—Andre Bisson
El “juguetito” no salió para nada barato, ya que Andre pagó cerca de 1,300 dólares, además de los costos para el traslado y que lo colocaran en su jardín, aunque a decir de este hombre ha valido la pena cada centavo invertido.
No solo Theo está feliz, sino algunos de sus vecinos, a quienes les pareció una maravilla el que tenga algo así en su casa; a otra parte les parece que está loco…
La idea es que Chaz, como decidieron bautizar al dinosaurio, estuviera en su casa para Navidad, pero por cuestiones de logística no se pudo lograr. Para hacer menos larga la espera primero le mandaron uno más pequeño.
Theo es el más contento de todos, pues su sueño de tener su propio y enorme dinosaurio se ha cumplido, tanto, que no se quiere separar ni un instante de él.
Theo no quería ir a la escuela ya que no quería dejarlo, pensó que estaría solo en casa, quería llevarlo en la grúa amarilla. Dijo que tenía hambre, así que cocinamos palitos de pescado y lo alimentamos. Theo y Chaz son los mejores amigos: ¡Tiene un dinosaurio mascota!
—Andre
Chaz ahora luce su imponente figura en el jardín, eso sí, con una enorme cadena para que no se vaya a escapar.