Si pones en práctica todos tus conocimientos y pasión, seguro que lograrás cosas increíbles, que además serán rentables económicamente; por si fuera poco, puedes compartirlo con tu padre y tus hijos.
Yu Zhilin es un granjero con estudios en Bellas Artes, en su natal China, y decidió tomar un montón de chatarra que a nadie le interesa, y hacer unas impresionantes creaciones junto a su hijo Lu Yingyun, basados en su gusto por los personajes de las películas de Transformers.
Lo primero es acudir a los almacenes de chatarra en la localidad de Hunan, donde viven, y llevarse una buena cantidad, ya que las esculturas que crean son de tamaño “natural”, es decir, muy grandes.
Utilizan prácticamente cualquier pieza de los autos, puliendo, modificando, para que se adapten a lo que están buscando, lo cual no es un trabajo fácil. En su primera obra se llevaron un mes de trabajo, pero gracias a la experiencia que han ganado, ahora son mucho más rápidos.
Una vez que seleccionan las piezas y que se tiene claro el diseño, comienza el proceso de soldar. Todo se hace en el taller que tienen en casa, con las herramientas adecuadas, ya que, como te imaginarás, no es nada fácil trabajar con metal.
El trabajar juntos, dicen, los ha acercado más y tienen una mejor relación entre padre e hijo, y es gracias a que comparten varias horas al día en esto, además de la emoción de ver cómo poco a poco de todo ese metal viejo empieza a surgir una increíble figura.
El par de artistas cuida cada detalle para darles un aspecto mucho más impresionante, instalando pieza por pieza, pintando y asegurándose de que no solo sea un montón de fierro agrupado para dar cierta forma, sino un trabajo de calidad.
Además de fortalecer la relación padre e hijo, se convirtió en una buena forma de conseguir dinero, ya que gustaron tanto sus esculturas que coleccionistas, tiendas, supermercados, entre otros, les hacen pedidos.
Cada año tienen ventas por unos 160,000 dólares, lo que es bueno, tomando en cuenta que el precio que pagan por la chatarra es mucho menor que el costo final de venta, que es elevado.
Y bueno, veamos 2 de sus creaciones más celebradas: Optimus Prime y Bumblebee, para que te des cuenta que sí valen lo que piden por ellas.
¡Manden 2 de esas ahora mismo!