Aunque no nos preocupe la billetiza que costará el muro de Trump, los prototipos de construcción ya se están levantando.
El agua moja y los políticos mienten; son verdades que todos entendemos sin mucho esfuerzo y a ellas nos acostumbramos. Pero cuando las promesas de campaña de un político se comienzan a cumplir no sabemos qué hacer.
Y es que nos sentíamos relajados porque el Senado de los Estados Unidos de Norteamérica se ha negado a dar luz verde a uno de los más controvertidos proyectos de Donald Trump, la construcción de un muro fronterizo entre México y ese país.
El senado rehusa facilitar un recurso de mil 600 millones de dólares para reemplazar la actual barda de lámina que separa a los países vecinos y esa negativa también es apoyada por las leyes del Estado de California.
Pero al presidente del país de las hamburguesas y la comida rápida eso no lo ha detenido para autorizar que se comiencen a levantar prototipos de frontera cerca de la actual división entre México y EU en la ciudad de San Diego.
Los prototipos son piezas de muro de concreto de 5.4 metros de largo y 9.1 metros de altura; también se han levantado fragmentos de muro de otros materiales.
Y lo alarmante no es la altura, sino que ocho fragmentos de esos prototipos pueden llegar a costar entre dos y cuatro millones de dólares.
Trump ha dicho que personalmente inspeccionará los prototipos para escoger el mejor para comenzar la construcción de su soñada pared.
Lo que no sabemos todavía es cuánto van a costar los vidrios rotos que se tienen que colocar sobre estos prototipos como una medida de seguridad extra y menos de los bolsillos de quién va a salir.