Entre el día 8 y 10 de mayo, los restos de un cohete espacial de 22 toneladas lanzado por China reingresarán a la atmósfera. Sin embargo, los instrumentos de control no funcionan, por lo que podrían caer en cualquier parte del planeta.
La nave Long March 5B fue lanzada para poner en órbita el módulo central Tianhe de la estación espacial CSS, cuyo montaje se hará en 10 misiones y estará terminada para el año 2022. El plan original era que los restos de esta nave reingresaran a la atmósfera y aterrizaran en un lugar seguro, pero el cohete está fuera de control y nadie sabe dónde y en qué condiciones volverá a la Tierra.
Aunque la mayor parte de los restos de un cohete se queman en la atmósfera cuando vuelve al planeta, este Long March mide 30 metros, pesa 22 toneladas y al no tener control y comunicación con sus aparatos, no sé sabe qué le pasará.
En estos momentos es imposible trazar una trayectoria de aterrizaje del cohete, pues en cuestión de dos días puede darle 30 vueltas a la Tierra, a una velocidad de 30000 km/h. El punto de impacto solo puede calcularse en un lapso de unas seis horas antes de que caiga al planeta.
Según el astrofísico Jonathan McDowell, del Centro de Astrofísica de la Universidad de Harvard, la apuesta más lógica es que la nave caiga en algún océano, pues cubren el 70 por ciento del planeta. Es una situación extraña porque ni los expertos saben dónde terminarán los restos del Long March.
La última vez que lanzaron un cohete Long March 5B terminaron con grandes y largas barras de metal volando por el cielo y dañando varios edificios en Costa de Marfil. La mayor parte se quemó, pero hubo estos enormes trozos de metal que cayeron al suelo. Tuvimos mucha suerte de que nadie resultara herido.
– Jonathan McDowell
Lo único que los científicos pueden hacer es monitorear el regreso de este cohete con todos los instrumentos posibles. El Pentágono de Estados Unidos es una de las agencias que están vigilándolo para tratar de predecir dónde caerá.
McDowell también considera que no deberíamos alarmarnos, pues aunque la posibilidad de que los escombros dañen a una persona no son de cero, tampoco es tan alta.
El riesgo de que haya algún daño o de que impacte a alguien es bastante pequeño, no insignificante, podría suceder, pero el riesgo de que te impacte es increíblemente pequeño. Entonces, no perdería ni un segundo de sueño por esto como una amenaza personal. Lo malo es que es una verdadera negligencia por parte de China. No podemos dejar caer objetos de más de diez toneladas del cielo sin un control propiamente dicho.
Solo nos queda esperar que los escombros caigan en un sitio totalmente deshabitado y que la agencia espacial de China aprenda de este error.