Mejor conocido como el “Incidente del paso Dyatlov”, la muerte de un grupo de 10 excursionistas nunca había sido explicada detalladamente, pero ahora te presentamos todos sus antecedentes y una explicación más especializada acerca de este incidente.
El 27 de enero de 1959, Igor Dyatlov, un estudiante del Instituto Politécnico de los Urales, lideraba una excursión por la montaña Gora Otorten, ubicada al norte de la región soviética de Sverdlovsk, que duraría 14 días con diez jóvenes esquiadores de fondo y descenso.
La ruta a seguir durante esa época del año se encontraba en clasificación III, es decir, que era extremadamente riesgosa adentrarse en ella, pues habría temperaturas de hasta -30°C, razón por la que solo un miembro del equipo decidió regresar al pueblo y nunca más volver a ver sus compañeros.
Cuando llegó la fecha para regresar al punto del que habían partido en el pueblo de Vizhay, este se encontró vacío, lo que alertó de inmediato a los equipos de rescate del lugar y puso manos a la obra para comenzar a buscarlos.
El día 26 de febrero, los rescatistas encontraron una tienda del grupo expedicionario totalmente hecha girones en las laderas de “Kholat Syakhl” (Montaña de la Muerte), aproximadamente a unos 20 kilómetros al sur del destino previsto por el grupo, donde también había pertenencias abandonadas de algunos de sus integrantes. Además, mucho más abajo de ese punto se encontró un viejo cedro siberiano, donde fueron encontrados dos cuerpos vestidos únicamente con ropa interior.
Posteriormente, fue encontrado el cuerpo del líder del grupo junto a otros tres. Los cuerpos tenían signos de haber sucumbido a los estragos de la hipotermia mientras intentaban regresar al campamento. Dos meses después, fueron localizados los cuatro cuerpos restantes en un barranco bajo una gruesa capa de nieve. Lo curioso es que varios de esos cuerpos contaban con profundas heridas en todo el cuerpo, como si se trataran de zarpazos, sin ojos y uno no tenía lengua, así como también diversas fracturas, especialmente en cráneo y tórax.
Las autoridades soviéticas iniciaron investigaciones inmediatamente para esclarecer lo que pasó, pues los acontecimientos eran algo fuera de lo común. Sin embargo, el caso fue cerrado al cabo de tres meses, argumentando que lo sucedido fue a causa de una “fuerza natural irresistible”.
No haber encontrado a ningún superviviente y la secuencia del hecho recabada por la investigación no fue aclarada hasta estos días, dando lugar a miles de teorías muy fantasiosas. Se rumoraban cosas como que era un asesinato consumado por el Yeti o experimentos militares ultrasecretos.
Este caso fue reabierto en el año 2019 por la Fiscalía rusa a petición de los familiares de las víctimas. Varios cuerpos de investigadores han fundamentado los sucesos en ecuaciones y cifras intentando explicar a través de procesos mecánicos, dando a entender que una avalancha muy probablemente hubiera sido lo que provocó estos acontecimientos.
Esta es la explicación más plausible y con mejor sustento que se ha dado a conocer, pero ha sido rechazada por la sociedad rusa por falta de pruebas y existencia de elementos muy poco usuales, lo que llevó a investigadores a seguir indagando en este caso.
Los archivos fueron revisados una y otra vez por los científicos expertos, lo que dio pauta a desarrollar modelos analíticos y numéricos para reconstruir la avalancha que se suscitó en ese momento y que tomó por sorpresa al grupo de expedicionarios.
Esto arrojó información valiosa para explicar lo referente al caso y que tiene que ver con deslizamientos de la tierra. En los estudios realizados se da a conocer lo que sucede cuando el tiempo transcurrido entre el desencadenamiento de un deslizamiento de tierra y cuando realmente ocurre uno. Lo acontecido en 1959 tiene que ver con esto. Los excursionistas hicieron un corte en la ladera nevada de la montaña para así poder montar todo el campamento, pero la avalancha no ocurrió de inmediato, sino que esta se ocasionó varias horas después.
Una de las razones por la que esta teoría no es aceptada es porque no se da a conocer cómo sucedió del todo y algunas inconsistencias, como que no se encontró ningún indicio obvio que indicara que hubo una avalancha, además de las lesiones en el cráneo y pecho de las víctimas, que no son nada típicas de estas.
Para esto, los investigadores dan a conocer una serie de explicaciones en las que se usan algunos datos referentes a la fricción de la nieve y la topografía local con el fin de demostrar que una avalancha de pequeñas losas de nieve pudo haber ocurrido en una pendiente suave sin dejar muchos rastros.
Esto fue explicado a través de simulaciones por computadora, mostrando el impacto que solamente una pequeña losa de nieve pudo haber ocasionado las lesiones en todo el cuerpo de los aventureros.
También está el tiempo transcurrido entre el corte hecho por los jóvenes en la pendiente y el viento. Esto es muy importante, pues los investigadores han podido explicar que debido a la ausencia de nevadas durante todo el día, una sola avalancha pudo haberse producido durante la noche.
Esto se explica de la siguiente manera: la noche en que ocurrió esa horrible tragedia, la presencia de vientos catabáticos, que son los que llevan aire por una pendiente bajo la fuerza de la gravedad, pudieron haber sido los que transportaban la nieve que posteriormente se acumuló cuesta arriba de donde estaba ubicado el campamento debido a las características del terreno, del que el líder y el equipo desconocían por completo.
Entonces, si no hubieran hecho el corte de la nieve en la pendiente, nada de esto hubiera ocurrido, pues esto fue lo que desencadenó todo. De hecho, se trata de un conjunto de factores y condiciones, pero el inicial fue ese corte.
El viento catabático arrastró la nieve y propició que una carga más grande se fuera acumulando poco a poco hasta que fue lo suficientemente pesada para provocar el desprendimiento de la placa de nieve.
Aun con todo esto, los científicos guardan cautela en sus hallazgos y declaraciones, dejando en claro que sigue habiendo muchas inconsistencias en el caso que lo pueden seguir manteniendo como un misterio.
La verdad es que nadie sabe con exactitud lo que le sucedió esa noche a esos pobres jóvenes, pero se han proporcionado fuertes argumentos con evidencia cuantitativa que dan a la teoría de las avalanchas un gran sustento.