Ahora que todo parece estar dirigido a encontrar rastros de agua en otros planetas, lo que se supondría pudiera garantizar el que se desarrolle la vida en esos lugares, científicos han encontrado que esto no necesariamente es así, y lo hallaron en nuestro propio territorio.
La depresión de Danakil se ubica en Etiopía, y es un lugar con agua, pero las condiciones son tan extremas que los investigadores no han encontrado rastro de vida.
Se trata de un extenso desierto con volcanes y un calor intenso; el punto más profundo de toda la zona es la depresión de Danakil, que, como dijimos, tiene agua, pero su alto contenido de sal, la elevada temperatura y su acidez son las condiciones que no permiten que la vida se desarrolle.
Incluso para aquellos organismos conocidos como extremófilos, es decir, los que pueden adaptarse a condiciones extremas en las que otros no pudieran hacerlo, que por lo regular se trata de microorganismos, también es imposible poder subsistir en este medio.
La acidez y las altas concentraciones de sales de magnesio alteran las membranas celulares e impiden que células grandes se puedan desarrollar, lo que imposibilita que la vida florezca en este lugar.
La tribu Afar tiene cientos de años viviendo en toda esta región y de alguna manera se han adaptado a las altas temperaturas de 34 grados centígrados como promedio durante todo el año, y que en algunas temporadas alcanza hasta los 60 grados, además de otras situaciones; aunque obviamente no viven sumergidos en estas aguas.
A través del desierto, todavía en camellos, los miembros de la tribu transportan la sal que extraen a mano y que les sirve de sustento, y permanecen en esta zona que es conocida como El Infierno en la Tierra. Cada día recorren hasta 20 kilómetros para llevar leña y agua a sus hogares, caminando sobre el suelo más caliente del planeta y con un viento que ahoga por su calor y la carga de arena que lleva.
En la zona de Eritrea, por donde se extiende también este desierto, se han encontrado huellas de homo erectus, que datan desde hace 800,000 años, quienes también se adaptaron a las condiciones del lugar, pero cuyo desarrollo no fue dentro de esas piscinas de sulfuros y demasiada sal.
Algo que también llamó la atención es que se encuentran granos de sílice, microscópicos, que se pueden confundir con células, por lo que alertan de que algo similar pudiera suceder en otros planetas, y que los equipos de investigación reciban esta “falsa evidencia” de que existe vida o las posibilidades de que se desarrolle.
Por este motivo, los investigadores de Danakil señalan que quienes realicen misiones en Marte y otros lugares, tengan protocolos para verificar las señales que crean encontrar y que pudieran indicar que hay condiciones para la vida.
Obviamente esto no será impedimento para que la exploración de territorios fuera de nuestro planeta continúen, pero sí pone nuevos aspectos que se deben considerar al momento de realizarlas, ya que el encontrar agua no será una prueba definitiva.